¿Sucumbirá Francia al chantaje de Kagame? : Carta a Macron de la comisión de la verdad de Ruanda

23/10/2018 | Opinión

Su Excelencia Emmanuel Macron

Presidente de la republica de Francia

Palacio del Elíseo

París

Francia

Su excelencia,

¿Sucumbirá Francia al chantaje?

Esta es mi tercera carta a Su Excelencia.

En cartas anteriores traje a su amable atención la difícil situación del pueblo ruandés, la inhumana manipulación por parte del presidente Kagame de la intranquila conciencia del pueblo francés con respecto a Ruanda y la ambigua respuesta del gobierno francés que oscila entre un silencio nacido de la culpa y unas medidas que apuntan a sucumbir al chantaje de Kigali.

En mi carta del 26 de diciembre de 2017 le expliqué el comportamiento errático y agresivo del Presidente Kagame hacia los ciudadanos ruandeses y Francia:


Primero, está la cuestión no resuelta de quién es el responsable del derribo del avión en el que perecieron los presidentes de Ruanda (Juvenal Habyarimana) y Burundi (Cyprien Ntaryamira) y todo su séquito, incluidos ciudadanos franceses. Al igual que el asesinato del archiduque Franz Ferdinand de Austria en junio de 1914 desencadenó la Primera Guerra Mundial, este trágico suceso fue el disparo que desencadenó el genocidio posterior que han reclamado tanto tutsi como hutu. Por lo que sé, nada desconcierta y asusta tanto al presidente Kagame como la investigación francesa sobre este asunto. La investigación es para él una amenaza existencial.

En segundo lugar, la comunidad internacional ha trabajado mucho para llevar ante la justicia a los perpetradores del genocidio contra los tutsi. Lamentablemente, contra toda la evidencia presentada por varios informes de las Naciones Unidas, incluido el Informe de cartografía de la República Democrática del Congo (1993-2003) que presento a Ruanda responsable de crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad y posiblemente actos de genocidio contra hutus y congoleños, el régimen del presidente Kagame no ha sido desafiado a dar cuenta de estos crímenes atroces.

Potencias occidentales, especialmente los Estados Unidos y el Reino Unido, por sentimiento de culpa e intereses geoestratégicos, han amortiguado la responsabilidad del régimen del Presidente Kagame. La resultante cultura de impunidad que esto ha alimentado se extiende más allá de las fronteras de Ruanda, con implicaciones de gran alcance en las próximas décadas.

Tercero, la prolongada crisis política en Ruanda que comenzó en 1959, marcada por la guerra civil, los refugiados, el genocidio, la destrucción masiva de vidas y propiedades y la desestabilización regional nunca ha terminado. Han cambiado los actores, pero el impulso de la falta interna de libertad en Ruanda, de democracia y del estado de derecho tiene siglos de antigüedad.

El presidente Kagame acaba de coronarse como presidente vitalicio en un referéndum simulado y en un proceso electoral fraudulento. Busca perpetuar su poder utilizando una camarilla de oficiales militares exclusivamente tutsi, el cierre absoluto del espacio político y civil, el asesinato y el encarcelamiento de opositores políticos, la marginación de los hutu que han sido desterrados al margen de la sociedad como ciudadanos de segunda clase, una política de desgaste contra los elementos tutsi disidentes, las enormes desigualdades socio económicas y la corrupción que favorece al presidente Kagame, su familia y aquellos en su entorno inmediato.

Cuarto, y finalmente, el régimen del presidente Kagame se ha convertido en una influencia desestabilizadora por defecto en la región de los Grandes Lagos de África Oriental y Central. Actuando solo o en nombre de algunas potencias occidentales, Ruanda ha patrocinado guerras de agresión y guerras contra la República Democrática del Congo, mientras continúa desestabilizando a Burundi y a Uganda.

En resumen, Su Excelencia, mientras el régimen del Presidente Kagame enajena a sus propios ciudadanos, antagoniza a los vecinos de Ruanda, no da cuenta de su culpabilidad por los delitos que ha cometido en Ruanda y la República Democrática del Congo, y por el derribo del avión que provocó la pérdida masiva de vidas, buscará siempre un chivo expiatorio en Francia para desviar la atención de las causas reales de la prolongada crisis política de Ruanda.

A principios de este año, el 11 de marzo de 2018, le escribí una segunda carta en la que destaque con más información los motivos y acciones del presidente Kagame:


Para el presidente Kagame y su FPR/DMI, cualquier intento de arrojar la verdad sobre el asesinato de dos presidentes africanos, de ciudadanos franceses y principales líderes de Ruanda y Burundi el 6 de abril de 1994, y sobre relato completo de los trágicos eventos que siguieron (incluidos el genocidio contra los hutu) es una amenaza existencial que debe combatirse con cada recurso disponible. Es un modelo de negocio rentable que ha servido tan bien al régimen desde 1994, y no hay absolutamente ninguna forma posible de cambiar el rumbo hasta que se vuelva obsoleto a través de un proceso creativo de destrucción.

En este sentido, el presidente Kagame ha armado su narrativa mediante la elaboración agresiva de informes que regularmente intentan condenar a líderes políticos y militares franceses como genocidas (Informe Mucyo, 2008; Informe Muse, 2018); desterrando el francés como el idioma de enseñanza en Ruanda durante casi 100 años; expulsando a un embajador de Francia en Ruanda; pagando fortunas a académicos, medios de comunicación y organizaciones de la sociedad civil para amplificar la falsa narrativa; la difamación del Partido Socialista Francés y las instituciones francesas (especialmente las militares); movilizando a los tutsi contra Francia como su enemigo eterno; y apuntando a puntos oscuros en la historia imperial de Francia (Argelia, Indochina) para galvanizar emociones anti-francesas en África y más allá.

Cualquier líder francés que no reconozca esta lección básica se pondrá, finalmente, del lado equivocado de la historia y se arriesgará a ser juzgado con dureza por generaciones futuras de ruandeses, de franceses y de la humanidad en general.

ruanda-mapa.jpgAl igual que el trágico drama de Ruanda, el 10 de octubre de 2018, fiscales franceses pidieron al juez de instrucción en el caso del derribo del avión en el que murieron dos presidentes africanos y toda su comitiva que abandonara la causa debido a «pruebas insuficientes».

En caso de que los jueces franceses que investigan la causa consientan a esta demanda motivada política y racialmente, será una de las mayores traiciones y chantajes en la historia moderna.

Este no es un caso de evidencia insuficiente, ya que la escritura está claramente en la pared, al menos entre los ciudadanos de Ruanda.

Lo que los Jueces Investigadores tienen ya en los archivos es sustancial. Si se necesita más, la mejor manera de avanzar no es cerrar el caso, sino pasar a la conclusión lógica dentro del Sistema de Justicia Francés, o entregar el caso al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Después de todo, el asesinato se cometió durante el período en que las Naciones Unidas presidían sobre la implementación del Acuerdo de Paz de Arusha.

Al escribirle, me gustaría asegurarme de que Usted comprende que un asunto histórico ruandés e internacional de esta magnitud no es para que usted y el gobierno francés lo decidan solos. Ese deber y obligación pertenece principalmente al pueblo ruandés y, en segundo lugar, a la comunidad internacional, que incluye a Francia.

Francia no puede darse el lujo de cometer un error tan costoso por segunda vez en un país, en menos de tres décadas.

Primero, se alió con las fuerzas criminalizadas del MRND/CDR que cometió el genocidio de los tutsi.

En segundo lugar, al recompensar al presidente Kagame y su FPR/DMI con inocencia en un asesinato histórico que desencadenó el genocidio de Tutsi y Hutu, y coronar a su Ministro de Relaciones Exteriores (Louise Mushikiwabo) como Secretaria General de la Francofonía, Francia no parece ser una buena alumna de su pasado oscuro en Die Bien Phu y Argelia.

En el futuro, cuando la historia finalmente decida, usted también, Sr. Presidente, junto con los Estados Unidos, el Reino Unido, el Presidente Kagame y su FPR/DMI, y las Naciones Unidas serán juzgados.

Quisiera asegurarle que no dejaremos piedra sin remover hasta que se haga un informe completo para que esta y futuras generaciones de ruandeses puedan comenzar, por fin, a curarse.

Por favor acepte, Su Excelencia, mis mejores deseos y consideración.

Dr. Theogene Rudasingwa

Director ejecutivo

La Comisión de la Verdad de Ruanda

Bruselas

Bélgica

[Fundación Sur]


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