Hace ahora dos cientos años que nació en Bayona Charles Lavigerie, el 31 de octubre de 1825, y falleció el 26 de noviembre 1892 en Argel, con 67 años. Charles Lavigerie, fue el fundador de los Misioneros de África (Padres Blancos) y de las Misioneras de Nuestra Señora de África (Hermanas Blancas). El nombre popular de “Blancos”, viene del color blanco de su hábito (gandouras), túnica de Argelia y pueblos árabes.
Lavigerie fue un líder religioso, social y cultural, de gran influencia e impacto en los ámbitos académicos, políticos, económicos, culturales y religiosos de su tiempo.
Su compromiso y mensaje más novedoso e impactante fue su trabajo incansable por la dignidad, la educación y la liberación de la cruel esclavitud que estaban imponiendo las potencias coloniales sobre los pueblos de África.
“Soy un hombre y nada de los que es humano me es ajeno. Soy un ser humano, la injusticia hacia las demás personas me revuelve el corazón. Soy una persona, la opresión ultraja mi naturaleza. Soy un hombre, las crueldades contra tantos de mis semejantes no me inspiran más que horror. Soy un hombre, y lo que quisiera que hicieran por mí, para devolverme la libertad, el honor, los sagrados lazos de la familia, lo quiero para devolver a los hijos e hijas de estos oprimidos pueblos africanos, el honor y la libertad”.
(C. Lavigerie)
Durante más de 400 años, más de 15 millones de hombres, mujeres y niños fueron víctimas de la trágica trata transatlántica de esclavos, uno de los capítulos más oscuros de la historia de la humanidad. Hoy las formas de esclavitud, sobre todo de las mujeres, son diferentes, pero más extensas, crueles, opresoras, impunes y destructivas que en siglos anteriores.
Aproximadamente 2.400 millones de mujeres en el mundo no tienen los mismos derechos económicos que los hombres. Son ellas las que más sufren la violencia, violación y abusos de su dignidad por culpa del saqueo de los abundantes recursos africanos, privando a los pueblos indígenas de su tierra, techo y trabajo.
A finales de 2023 había más de 117 millones de personas desplazadas por la fuerza. Las personas migrantes alcanzan los 281 millones. Las mujeres migrantes constituyen el 48 % de los migrantes internacionales.
Necesitamos recoger hoy este valiente y profético legado de Lavigerie para comprometernos a trabajar juntos, superando toda actitud limosnera, para garantizar la justicia y la dignidad humana de cada persona marginada. Seguimos conformándonos con algunos donativos anuales o en caso de emergencias, olvidando que lo que necesitan y quieren los pueblos oprimidos es justicia, dignidad y oportunidades.
Lavigerie estaba convencido de que el trabajo más eficaz para educar, cuidar la salud y colaborar con toda la sociedad africana para su liberación y desarrollo integral podría ser realizado ante todo por las mujeres y hermanas, pues son las que mejor pueden acompañar, cooperar y relacionarse con las propias mujeres y sociedades africanas.
Sus contactos con todas las potencias coloniales para acabar con la cruel esclavitud impuesta en su tiempo (siglo XIX) sobre los pueblos africanos son bien conocidos y sus intervenciones están publicadas. Hoy nos hacen falta en la sociedad profetas y líderes carismáticos como Charles Lavigerie, Martin Luther King, Nelson Mandela, Desmond Tutu, Angela Davis, Harriet B.Stowe, Araminta Ross, Rose Ingabire, etc.
“Hago un llamamiento a todos sin distinción de nacionalidad, partido o confesión religiosa, pues me dirijo no solo a la fe, sino que me dirijo a la razón, a la justicia, al respeto, al amor, a la libertad, a este bien supremo de toda persona. Soy un hombre, y la injusticia hacia los demás seres humanos, me revuelve el corazón”.
(C. Lavigerie)
CIDAF-UCM