Está claro que el golpe de estado ha sido un grave error. Ese día estaba previsto un encuentro en Dar-Es-Salam para dilucidar la cuestión del tercer mandato del Presidente por la vía del diálogo. El buscar la solución por las armas ha sido un grave error para la convivencia en Burundi.
Aunque la cuestión de un tercer mandato pueda ser cuestionable, no se había apreciado con justicia la gestión del país por el Presidente Nkurunziza durante sus diez años de mandato. Aunque todo no sea perfecto, el país había conocido la paz, la cohesión social y un progreso muy significativo. Nunca el país había progresado tanto.
Se dice cuando se quiere matar a un perro que tiene la rabia. Pues bien, durante esta crisis se ha pretendido obscurecer en demasía la imagen de un Presidente que goza de popularidad. Por eso la recuperación del poder ha sido rápida y sin grandes enfrentamiento a nivel nacional. Casi todo ha quedado centrado en Bujumbura.
Queda sin embargo pendiente la cuestión de la gestión de todos aquellos que de una manera u otra participaron activamente en la tentativa del golpe de estado. Queda también pendiente la cuestión de la libertad de la prensa en los límites de la verdad y el respeto mutuo. Por otra parte, la Iglesia Católica debe emitir un mensaje contundente en favor de la reconciliación entre todos los burundeses. Es muy importante la creación de un clima de paz y sosiego, tanto entre los habitantes como entre los partidos políticos, que preceda a las futuras elecciones.
La realidad es que ahora el Burundi se siente herido y maltrecho por estos sucesos que han creado un clima de desconfianza.