Sobre las actuaciones brutales de las Fuerzas de Seguridad del Estado de Guinea Ecuatorial

La opinión pública nacional e internacional ha quedado horrorizada ante la brutalidad de las fuerzas de Seguridad del Estado, mostrada en dos vídeos que han salido a la luz en los últimos días.

En el primero de ellos, del 30 de abril de 2018, se observa que el Comisario de Policía de la localidad de Rebola y un agente detienen, en plena calle y en presencia de numerosos vecinos, a una señora que se resiste a ser conducida a la Comisaría de policía. Tras reducirla a porrazos y patadas, es arrastrada por el suelo a lo largo de varias decenas de metros; y ya con el cuerpo ensangrentado, la introducen, también a patadas y a porrazos, en el maletero de un vehículo particular, de matrícula KN-911-P, como si se tratara de un cerdo con el que no se siente empatía alguna ni compasión. Fuentes cercanas a la señora, de nombre Valeriana Besam, aseguran que esta acaba de sufrir un aborto como consecuencia de la brutal paliza.

El segundo vídeo, cuya fecha de grabación no ha sido facilitada, muestra imágenes de horror recogidas en la Comisaría central de Bata. Varios agentes uniformados, encabezados por un Comisario, obligan a dos reclusos a darse brutales bofetadas el uno al otro, mientras un agente los golpea por la espalda. Las bofetadas se intercambian durante largo rato, en medio del jolgorio, insultos y alboroto de los agentes. El vídeo se inicia al final de la locura, ya que se ve a otro recluso que ya está abatido y lastimado con señales inequívocas de haber sido también maltratado. La escena recogida dura cinco minutos y seis segundos, y en ella el policía que hace la grabación dice lo siguiente: “Esto que os hacemos no es ilegal porque aquí está el mismo Comisario”. Varios agentes más graban la escena con sus teléfonos móviles.

Estos dos lamentables hechos no son aislados, sino que representan la actuación habitual y cotidiana de unas fuerzas de policía que, lejos de velar por la seguridad de las personas, son una verdadera pesadilla para la población, ya que actúan con total impunidad, sin que el Gobierno tome medidas para poner fin a unas prácticas que se vienen realizando desde la época de Macías, cuando los presos eran obligados a matarse los unos a los otros.

Los hechos de Bata y Rebola salen a la luz cuando, en Sipopo, se acaba de derrochar mucho dinero para celebrar, con toda la pompa que caracteriza a los actos del régimen, una Conferencia internacional sobre Derechos Humanos, inaugurada por el Jefe del Estado, evento con el cual el Gobierno de Guinea Ecuatorial pretendía presentarse ante el mundo internacional como modelo de respeto y garantía de los derechos humanos.

Convergencia para la Democracia Social (CPDS) condena enérgicamente, no solo estos macabros hechos, sino también la práctica habitual de la tortura, las vejaciones y humillaciones a las que constantemente se somete a los detenidos y reclusos en las cárceles de la República de Guinea Ecuatorial.

CPDS exige al gubernamental Partido Democrático de Guinea Ecuatorial, PDGE, que también condene estos hechos, ya que dicho partido nunca se ha manifestado en contra de las torturas y malos tratos que se producen en las cárceles de nuestro país.

CPDS exhorta al Fiscal General del Estado a actuar de oficio para investigar a fondo estos gravísimos hechos y depurar las responsabilidades penales que hubieren lugar, al tiempo que le recuerda que siguen sin ser juzgados los responsables de la muerte del militante del partido político Ciudadanos por la Innovación (CI), Santiago Ebee, en la Comisaría central de Malabo, el 14 de enero de 2018.

Finalmente, CPDS se personará, como acusación particular, en el caso de la detención y maltrato de la ciudadana Valeriana Besam.

La Comisión Ejecutiva Nacional

Convergencia para la Democracia Social (CPDS)

[Fundación Sur]

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