Fuegos artificiales, canciones, bailes y velas, la Organización Mundial de la Salud (OMS) devolvió el sábado la sonrisa a Sierra Leona, al declararla libre del virus del Ébola, responsable de la muerte de miles de personas y una brutal recesión económica.
Anders Nordstrom, funcionario de la OMS en Sierra Leona, declaró el fin del brote de Ébola en el país, en una ceremonia celebrada en Freetown ante los aplausos de una gran multitud. Sierra Leona representa la mitad de los casos reportados en el África occidental.
«Hemos vencido al virus», exclamó el Presidente de Sierra Leona, Ernest Bai Koroma, agradeciendo «el heroísmo, sin precedentes, de los 35.000 trabajadores de la sanidad» que lucharon contra el Ébola.
«A pesar de que el Ébola ha sido erradicado debemos estar preparados en caso de reaparición, mantendremos los centros de tratamiento y de pruebas. Pero creemos que ahora tenemos un sistema capaz de reaccionar», agregó.
Esta epidemia de Ébola, la más grave desde la identificación del virus en África central en 1976, ha matado a más de 11.300 personas, de las cuales 4.000 han sido en Sierra Leona.
Las víctimas se han concentrado al 99% en tres países vecinos: Guinea, Sierra Leona y Liberia.
Un país se considera libre de transmisión de Ébola cuando a lo largo de dos períodos de 21 días, duración máxima de incubación del virus, no hay nuevos casos después del segundo resultado negativo en un paciente curado.
Pero los expertos señalan que el riesgo persiste más allá de los 42 días, debido a la subsistencia del virus en ciertos fluidos corporales, en particular el semen, donde puede sobrevivir durante un máximo de nueve meses.
Liberia fue declarada libre de la transmisión el 3 de septiembre, después de un primer anuncio a principios de mayo, seguido de un resurgimiento del virus en junio.
La prudencia debe ser máxima ya nuevos casos siguen siendo reportados en la vecina Guinea, especialmente cerca de la frontera con Sierra Leona.
Vigilantes
En su último informe semanal la OMS, confirmó que 382 personas están bajo vigilancia en Guinea, siendo 141de ellas consideradas de «alto riesgo».
El líder del Centro Nacional de lucha contra el Ébola de Sierra Leona (NERC), Palo Conteh, declaró el mismo día que la vigilancia se vería reforzada, en los próximos días, en la frontera.
«Tenemos que estar atentos. Esto no es el fin del Ébola, pero si el fin de la epidemia actual», añadió.
Sierra Leona, criticada por algunas de las medidas extremas que tomó para erradicar el virus, especialmente la contención de toda la población, en septiembre de 2014 y marzo de 2015, ha tenido que vivir una cruel decepción en esta larga batalla.
El 24 de agosto tuvo lugar una ceremonia para celebrar la salida del último enfermo de Ébola del hospital, después de más de dos semanas sin ninguna nueva contaminación. Pero una mujer de 67 años murió cuatro días después, dando positivo después de su muerte, a ésta le siguió una adolescente el 13 de septiembre.
«Gracias a Dios que se ha acabado y ahora vivimos en paz», comentó Mamie Kabia, de 25 años, miembro de un grupo de expertos para enterrar los cadáveres altamente contagiosos durante la crisis.
Un conductor de ambulancia de Kambia (norte del país), Ferenko Koroma, declaró que esperaba no tener que llevar más pacientes de Ébola. «El olor a cloro me ponía enfermo. Dicen que sólo se muere una vez, pero yo me siento como si hubiera muerto varias veces».
Además de las pérdidas humanas, la epidemia ha causado graves pérdidas económicas a Sierra Leona, salida hace 13 años de una década de guerra civil con 120.000 civiles muertos y miles de mutilados.
El impacto económico ha estado agravado por una fuerte disminución de los precios mundiales del hierro y el colapso del sector de la minería, los inversionistas extranjeros han huido del país por miedo al virus.
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