El apretón de manos entre Uhuru Kenyatta y Raila Odinga, el viernes 9 de marzo de 2018, conmocionó y sorprendió a sus respectivos seguidores. Lo que ha dejado estupefactos a muchos es el hecho de que los otros principales actores políticos clave, tanto de Jubilee como de la Súper Alianza Nacional, no estaban al tanto de esta reunión de los dos políticos, hasta ahora, enemigos. ¿Es el comienzo de un verdadero proceso de reconciliación nacional?
Introducción
La primera regla en política es que «no hay amigos permanentes ni enemigos permanentes». Esta máxima política fue demostrada más allá de toda duda razonable cuando los políticos, enemigos jurados de Kenia, Uhuru Kenyatta y Raila Odinga se encontraron el viernes 9 de marzo de 2018 y se dieron un histórico apretón de manos que conmociono y sorprendió a sus respectivos seguidores. Los medios están llenos de especulaciones sobre lo que este movimiento sorpresivo podría augurar. Lo que ha dejado estupefactos a muchos es el hecho de que los otros principales actores políticos clave, tanto de Jubilee como de la National Super Alliance (NASA), no estaban al tanto de esta reunión de los dos, hasta ahora, enemigos políticos.
El contexto inmediato de este histórico encuentro entre las dos famosas dinastías políticas de Kenia (los Kenyattas y los Odingas) fue la visita del Secretario de Estado de los Estados Unidos Rex Tillerson [1], que llegó a Kenia en la tarde del histórico día. Muchos se preguntan si la visita del Secretario de Estado de EE. UU. tuvo algo que ver con el dramático giro de los acontecimientos. ¿Fue el político apretón de manos precedido por una llamada de Washington DC? Claramente, los dos eventos parecen no ser meras coincidencias. Un proverbio africano dice que «si un apretón de manos va más allá del codo, debe haber algo más». Es crucial reflexionar sobre el significado de este apretón de manos de Uhu-Raila. ¿Por qué, de repente, debería Uhu-Ruto ceder el paso a Uhu-Raila? El drama político en la política de Kenia acaba de comenzar, con algunos observadores políticos escribiendo un obituario, tanto de NASA como de Jubilee, tal como los hemos conocido. Con las políticas de Kenia, como en cualquier otro lugar, nunca digas nunca. Otra cruda lección que hemos aprendido sobre la política de Kenia es que lo único de lo que estamos seguros es la incertidumbre. Incluso al leer detenidamente estas páginas, tenga cuidado con conclusiones apresuradas.
¿Qué sabemos hasta ahora?
Que el presidente Uhuru Kenyatta y el «presidente» Raila Odinga tuvieron una reunión a puerta cerrada en Harambee House (la oficina del presidente) durante más de dos horas no está en duda. Los detalles exactos de lo que discutieron no son conocidos, excepto para ellos mismos. El hecho de que hayan salido al público y leyeran una declaración conjunta para toda la nación que promete poner fin al estancamiento político y promover la paz y la unidad en el país tampoco está en duda. Que la famosa declaración fue firmada por ambos con «Su Excelencia» después de sus respectivos nombres, también es un hecho.
Sin entrar en los detalles de la histórica declaración, ¿qué inferencias se pueden hacer? ¿Fue este apretón de manos y encuentro un simple truco de relaciones públicas o hay algo más profundo de lo que parece a primera vista? El hecho de que los otros actores políticos principales tanto de Jubilee (William Ruto) como de NASA (Moses Wetang’ula, Kalonzo Musyoka y Musalia Mudavadi) fueron dejados de lado, sugiere que los dos hombres poderosos probablemente decidieron enterrar el hacha y poner los intereses nacionales por encima de disputas políticas y ambiciones personales.
Esta reunión se produce después de que Raila hiciera lo impensable y se autoproclamara, con juramento. «presidente del pueblo» en Uhuru Park, Nairobi. Que Uhuru lo recibiera como iguales a la vista de las cámaras, e incluso le permitiera leer la declaración conjunta, significa mucho. Raila, además, se había negado a reconocer a Kenyatta como un presidente legítimo después de las disputadas elecciones de 2017.
Independientemente de las discusiones secretas que tuvieron los dos antiguos enemigos políticos, es seguro inferir que el estancamiento político debido a sus respectivas posiciones de línea dura estaba perjudicando a la economía de Kenia y a sus propios imperios económicos.
En la declaración hay una línea reveladora sobre que no quieren pasar a la historia por haber llevado a Kenia a un estado fallido. Como ambos líderes son cristianos y saben lo que exige el tiempo de Cuaresma (conversión y arrepentimiento), esta unión puede también verse como una audaz conversión política. Uno puede parafrasear las palabras de Jesús: «¿Qué le beneficia a un hombre ganar el mundo entero y perder a su país?» El propio Kenyatta en su solemne mensaje dijo que
“las elecciones van y vienen, pero el país permanece».
Lo que significa concretamente el gesto simbólico de unión de Uhuru y Odinga aún no se conoce. Se menciona la creación de algún tipo de comisión organizativa que genere la deseada sanación y unidad nacional y que asesore también al dúo sobre el curso de acción. ¿Quién constituirá este arreglo y será un instrumento legal? ¿Será algún tipo de agencia gubernamental paralela que reflejará las profundas aspiraciones del pueblo de Kenia? ¿Se le asignará a Raila (o se asignará a sí mismo) algún nombramiento político importante? Sólo podemos esperar y ver después de que se conozca la lista. El tono de la declaración conjunta podría sugerir un equipo inclusivo que podría traer incluso a algunos prominentes líderes religiosos, funcionarios públicos, académicos y activistas de la sociedad civil que son conocidos como independientes.
¿Por qué Uhuru y Raila se encontraron solos?
La pregunta del millón que todos piensan es por qué el dúo decidió reunirse solo en un asunto tan crucial. De nuevo, sólo podemos confiar en la especulación. En primer lugar, lo que fuera que quisieran discutir y decidir era su prerrogativa sin ninguna influencia indebida de sus respectivos aliados políticos. Querían asumir toda la responsabilidad y ser dueños del proceso. Si este modo de operación fue dictado por alguna presión externa más allá de las fronteras de Kenia es una suposición libre, Si fue una sección de sus respectivos seguidores la que diseñó esta estrategia, de nuevo puede ser una suposición. Ha habido algunas especulaciones de que Uhuru y Raila han estado teniendo reuniones clandestinas, por lo que la reunión del 9 de febrero de 2018 podría ser la culminación de muchos días de debate y búsqueda sincera.
Aparecer ante las cámaras sin sus otros colegas fue claramente algo distinto de lo que estábamos acostumbrados: Odinga y Kalonzo o Uhuru y Ruto, bailando en el escenario frente a las cámaras. Esta vez, fue algo diferente de lo acostumbrado. Seguramente el dúo pudo haber consultado a sus respectivos confidentes cercanos y la declaración que leyeron podría haber sido redactada mucho antes, pero cuando aparecieron, mostraron una resolución unificada para conducir la nación keniata a la tierra prometida de Canaán (para usar la famosa frase de Raila). Aparecieron como el Moisés bíblico y Aarón anunciando la alianza en Siquem. Básicamente, decían a la nación en plena luz del día: «Mirad, se trata de la nación, no se trata de nosotros. Hemos dejado de lado nuestros egos y queremos seguir adelante como nación. Si compartís esta nueva visión de Kenia, uniros a nosotros”. Hicieron esto completamente conscientes de las posibles consecuencias de parte de sus respectivos seguidores que podrían gritar» traición”.
[1] El Secretario de Estado Rex Tillerson fue destituido el 13 de marzo de 2018.
Odomaro Mubangizi
Fuente: Pambazuka
[Fundación Sur]
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