Seretse Khama, un símbolo de Botsuana

12/02/2015 | Crónicas y reportajes

Numerosos líderes destacaron por su notable contribución en la lucha por la independencia de los pueblos africanos de las antiguas metrópolis europeas, y por su visión y valor personal se convirtieron en símbolos de todo el continente.

Kwane Nkrumah en Ghana, Sekou Touré en Guinea, Julius Nyerere en Tanzania, Jomo Kenyatta en Kenia, Eduardo Mondale y Samora Machel en Mozambique, Amilcar Cabral en Guinea Bissau y Cabo Verde, Kenneth Kaunda en Zambia, Agostino Neto en Angola, por solo citar algunos, son figuras señeras en la historia reciente de Africa.

Botsuana también tuvo un líder visionario y carismático, Seretse Khama, heredero de la jefatura de la tribu bamangwato, uno de los principales grupos étnicos, quien por su prestigio, autoridad y enfrentamiento a Gran Bretaña fue reconocido como dirigente indiscutido del pueblo botsuanés.

Una breve síntesis histórica permite conocer el escenario en que se desarrolló la vida política y social de la nación ubicada en el sur del continente, limitada por Namibia, Zambia, Zimbabue y África del Sur.

En tiempo pasado el Estado de Botsuana se denominaba Bechuanalandia y también una zona actualmente de África del Sur. Sus primeros habitantes fueron los miembros de la tribu Tswana, que arribaron procedentes de África del Sur, en la época de las migraciones bantúes.

Gran Bretaña, una de las principales potencias coloniales del siglo XIX, fue la primera nación europea en llegar en 1801 a Botsuana. Poco tiempo después declararon el territorio Protectorado británico.

El protectorado era una de las variantes a la que recurrían las metrópolis para encubrir la conquista y explotación colonial de territorios en el continente. Según sus instaladores, se aplicaba para «proteger» a la población autóctona.

Los británicos dividieron Bechuanalandia en dos partes: una, la actual Botswana, menos rica en recursos naturales, al norte; la otra al sur, la más importante desde el punto de vista económico. Las dos siguieron denominándose Bechuanalandia.

La parte norte, aunque se mantuvo bajo administración del gobierno británico como Protectorado de Bechuanalandia, no escapó a la codicia de sus vecinos Sudáfrica y del Transvaal, dominados por inmigrantes holandeses llamados boers.

En 1867 fueron descubiertos yacimientos de oro, una de las riquezas que en lo adelante sería explotada por Gran Bretaña. Décadas más tarde, la Compañía Británica de África del Sur convirtió el territorio en punto de partida para la colonización del actual Zimbabwe.

Casi a fines del siglo XIX se emitió una Real Orden que autorizaba al Alto Comisionado de África del Sur, por entonces colonia británica, a ejercer en nombre de la Corona, todos los poderes sobre el Protectorado, y se delimitaron las fronteras del país.

KAHAMA EN LA ESCENA

Ese era el marco político que prevalecía en Bechuanalandia. Gran Bretaña había reforzado su dominio en casi todo el sur del continente, con la excepción de Namibia al sudoeste y Mozambique al sudeste. La primera, bajo dominio de Alemania, y la segunda de Portugal.

Seretse Khama nació en 1921 en Bechuanalandia. Era hijo de Sekgoma Khama II, el más importante jefe de la nación Bamangwato, y nieto de su rey Khama III. El nombre Seretse significa «la arcilla que une».

Tras la muerte de su padre en 1925, a los cuatro años Seretse se convirtió en rey, bajo la regencia y guarda legal de su tío Tshekedi Khama.

El futuro dirigente pasó la mayor parte de su juventud en escuelas de internado sudafricanas y asistió a la Universidad de Fort Hare de ese país hasta 1944. Viajó luego a Gran Bretaña donde realizó estudios en la Universidad de Oxford, hasta 1946.

En 1948, Seretse Khama contrajo matrimonio con una inglesa. El gobierno británico se negó a reconocerlo como jefe de la tribu bamangwato y le prohibió la entrada en Bechuanalandia.

La prohibición provocó graves disturbios pues su etnia se mantenía fiel a Khama. Las autoridades británicas ordenaron una sangrienta represión que dejó decenas de muertos y heridos.

Con el acto de fuerza, Londres pretendió eliminar la rebelión nativa, pero logró el efecto contrario. Las protestas se multiplicaron por todo el país. Las órdenes que llegaban desde la capital británica eran terminantes: acabar a sangre y fuego con los que se oponían a la dominación colonial.

Las protestas se prolongaron por largo tiempo. La pacificación en que se había empeñado Gran Bretaña, no tuvo resultados para el gobierno que en 1956 se vio obligado a autorizar el retorno de Khama a su país donde conservaba su autoridad original. Khama fundó el Partido Democrático de Bechuanalandia que tuvo como bandera la lucha por la independencia. Las autoridades británicas no podían desentenderse de los reclamos de libertad del pueblo botswanés.

Gran Bretaña había llegado al país hacía casi dos siglos y debía marcharse.

El Secretario de Estado británico para Asuntos Coloniales aprobó la redacción de una Constitución para Bechuanalandia, y más tarde por indicaciones de Londres el Comisionado residente inició consultas para una Nueva Carta Magna con vistas a la independencia.

Cuando la nación obtuvo su libertad, en 1966, Khama fue nombrado Primer Ministro, después gobernó como presidente. El país cambió su nombre por el de Botsuana, y la capital que estaba en territorio surafricano fue trasladada a suelo nacional con el nombre de Gaberones. El dirigente permaneció en la presidencia hasta su muerte
en 1980.

Seretse Khama es hoy venerado en Botsuana y su nombre se coloca al lado del de otros próceres africanos.

Fuente. Prensa latina

Fundación Sur

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