Separando el mito de la realidad – una guía acerca de las ayudas sociales en Sudáfrica

19/02/2015 | Crónicas y reportajes

En Sudáfrica, pocos asuntos levantan tanto debate y tantas opiniones como el amplio programa nacional de prestaciones sociales. De hecho, ¿provoca que la gente se vuelva «vaga» y «dependiente»? ¿Se encamina Sudáfrica al precipicio económico por culpa de esto? Revisamos el informe. Por Luisa Ferreira de AFRICA CHECK.

Este artículo fue publicado por primera vez por AFRICA CHECK, una organización sin ánimo de lucro que se encarga de revisar datos (@AfricaCheck ).

El número de beneficiarios de prestaciones sociales en Sudáfrica ha aumentado exponencialmente en los últimos veinte años, desde, aproximadamente, 4 millones en 1994 a 16,3 el 31 de agosto del año pasado. En los últimos años, un número creciente de opiniones ha advertido que estos datos no son sostenibles.

Entre ellos se encuentra el Presidente Zuma que hace cuatro años dijo que el gobierno «no podía mantener una situación donde las ayudas sociales crecían todo el tiempo y donde pensaba que esto iba a ser una característica permanente.» Pero, a pesar de esto, el gasto social no ha disminuido.

De hecho, la cantidad de las prestaciones ha aumentado y se ha ampliado el rango de edad que permite el acceso a la beca. El Departamento para el Desarrollo Social (Department of Social Development, en inglés) considera, actualmente, la extensión de la Subvención de apoyo al niño (Chil Support Grant, CSG, en inglés) hasta los 23 años, en parte por el alto número de casas encabezadas por niños donde los más mayores tienen que cuidar de sus hermanos pequeños.

Con las finanzas públicas de Sudáfrica bajo presión, el Ministro de Finanzas (Minister of Finance, en inglés), Nhlanhla Nene, ha advertido que el país tiene que ajustarse el cinturón financiero. Los sudafricanos escucharán, cuando realice su discurso presupuestario inaugural el 25 de febrero, o que ha subido los impuestos, o que ha cortado el gasto estatal mediante la paralización de las prestaciones sociales, por ejemplo.

¿Qué tipos de ayudas sociales existen?

La Agencia de Servicios Sociales Sudafricana (South African Social Service Agency, SASSA, en inglés) administra siete prestaciones de larga duración.

Becas para personas mayores (tres millones de beneficiarios a fecha de 31 de agosto de 2014). Para personas con más de 60 años son R1.350 mensuales, y para mayores de 75 son R1.370 mensuales. Anteriormente, los hombres con 65 años o más y las mujeres con 60 años o más eran aptos para la beca. Ahora, tanto hombres como mujeres tienen que tener 60 años o más para que se les conceda. Para acceder a la ayuda, el beneficiario no puede ganar más de R61.800 anuales; o que la casa donde habita no posea, en conjunto, unos ingresos anuales de R123.600.

Becas por minusvalía (1,1 millones de beneficiarios). Se conceden R1.350 mensuales para aquellas personas que no pueden trabajar por una minusvalía. Los solicitantes deben tener entre 18 y 59 años, presentar un examen o un informe médico con menos de tres meses de antigüedad, y no pueden recibir otra ayuda social.
Becas para los veteranos de guerra (373 beneficiarios). R1.370 mensuales para los minusválidos o mayores de 60 que lucharon en la II Guerra Mundial o en la Guerra de Corea.

Becas para niños de acogida (548.000 beneficiarios). R830 mensuales.
Becas para el cuidado a la dependencia (123.000 beneficiarios). Se dan R1.350 mensuales para los principales cuidadores de un niño con una minusvalía permanente o severa. El solicitante debe presentar un examen o un informe médico sobre el niño y ganar, anualmente, menos de R162.000 (si está soltero) o R324.000 (con ambos sueldos si está casado).

Becas para el apoyo al niño (11 millones de beneficiarios). Se otorgan R320 mensuales para el principal cuidador de un niño menor de 18 años. El solicitante debe ganar menos de R38.400 (si está soltero) o R76.800 (con ambos sueldos si está casado).

Beca de ayuda (93.800 beneficiarios). Se dan R320 mensuales para aquellas personas que reciban la beca para personas mayores, la de minusvalía o la de veteranos de guerra, y que requieran cuidados a tiempo completo debido a una minusvalía física o mental.

Liberación social (Social Relief of Distress). Es una beca temporal otorgada a persona con una necesidad extrema. Puede ser pagada en varias circunstancias, incluyendo a aquellos que espera el pago de una subvención ya aprobada, o a los que han sido afectados por un desastre como podría ser una inundación. El máximo otorgado son R1.350 mensuales y durante tres meses.

¿Quién es apto para una beca?

El solicitante debe ser sudafricano, con residencia permanente o como refugiado, y debe vivir en Sudáfrica. Sin embargo, no son aptos aquellos que ya están siendo atendidos en una institución estatal.
Se puede solicitar en la oficina más cercana del SASSA. Si se es demasiado mayor o se está enfermo para pedirla en persona se puede enviar a alguien para que lo solicite por él, o pedir una visita a domicilio. Cuando se solicita, se presenta un documento identificativo y se rellena un formulario en presencia de un agente del SASSA, que lo entregará por la persona.

Para la mayoría de ayudas se realiza una evaluación de los ingresos y de los bienes para asegurar que las ayudas se otorgan sólo a los que ganan demasiado poco para mantenerse ellos solos. Este «análisis de posesiones» se realiza cuando la petición ha sido aceptada, y mediante extractos bancarios e informes gubernamentales. Sin embargo, cuando el solicitante no posee una cuenta bancaria, como suele suceder cuando se pide una beca para ayudar a los niños, se puede enviar una declaración jurada por el SASSA como prueba.

Para recibir una ayuda de la tercera edad, de minusvalía o para veteranos de guerra, el solicitante no puede poseer más de R891.000 (si está soltero) o R1,78 millones (con ambos sueldos si está casado). Asimismo, estas ayudas se pagan en una escala proporcional, lo que significa que cuantos más ingresos posea un solicitante es menor la cantidad recibida.

Normalmente se tardan 21 días en conocer la resolución de la petición. Si es denegada, debe ser informado de forma escrita y se puede pedir una revisión de la decisión al SASSA. En caso de que esto falle, se puede apelar al Ministerio para el Desarrollo Social (Minister of Social Development, en inglés).

Si la ayuda es concedida, se pagará desde el día de la petición; y, en el caso de niños de acogida, se cobrará desde el día de la vista del jurado. El dinero se carga en una tarjeta del SASSA, aunque se puede pedir una transferencia a la cuenta del banco. Se tomarán las huellas dactilares durante la realización de la tarjeta para evitar el fraude.
De acuerdo con el portavoz del SASSA, Tshediso Mahlaku, «la reciente introducción (en marzo de 2012) del sistema biométrico de huellas dactilares en el pago de las ayudas sociales ha supuesto una significativa disminución del fraude al sistema». En febrero del año pasado se habían cancelado cerca de 300.000 prestaciones fraudulentas.

¿Qué impacto tienen las ayudas?

Se ha realizado una amplia investigación acerca del efecto que tiene el sistema de prestaciones sociales. Los estudios muestran de forma consistente que las ayudas (sobre todo las de los niños) están bien orientadas hacia hogares muy pobres, y que «han sido cruciales para aliviar la pobreza en los años tras el apartheid» – aunque han tenido poco efecto sobre la desigualdad en general en el país.
Las investigaciones del South African Labour and Development Research Unit (SALDRU) y de la Escuela de Económicas de la Universidad de Ciudad del Cabo indican que el tamaño de las becas para personas mayores es «suficiente para sacar a la mayoría de los hogares de la pobreza». Además, «una cuarta parte de los desempleados solamente recibe ingresos de las ayudas sociales de otros miembros de su hogar».

La mayoría de los niños que se benefician de una beca (96%) son mujeres, y un estudio del Centro Social para el Desarrollo en África (Centre for Social Development in Africa, CSDA, en inglés) de la Universidad de Johannesburgo muestra que la prestación ha tenido un impacto en el empoderamiento de las mujeres de las comunidades muy pobres: «La [beca para el apoyo al niño] aumenta el poder de las mujeres y su control sobre la toma de decisiones en los hogares en cuestiones financieras, en el gasto general de la casa y en relación al bienestar del niño».

De acuerdo con la evaluación de una ayuda para el apoyo al niño de UNICEF, la ayuda tiene una impacto positivo en la asistencia a la escuela y en el cuidado de la salud. Un trabajo sobre los efectos que usa datos de la misma encuesta muestra que la ayuda al niño reduce significativamente los comportamientos peligrosos en adolescentes, como el sexo sin protección, la ingesta de alcohol, el uso de drogas, la actividad criminal y la pertenencia a bandas. Y esto se debe a que se permite, normalmente, a los adolescentes poseer cierto dinero de la prestación.

Las investigaciones del Departamento de Económicas de la Universidad Stellenbosch muestran que el número de niños cuyos padres informaron que sus hijos pasaban hambre se redujo del 31% en 2002 al 23% en 2005, gracias a la importante expansión de las ayudas sociales.

Sin embargo, el informe avisa que «poca gente ve valioso, en estos momentos, permanecer trabajando más allá de la edad necesaria para obtener la pensión de la tercera edad».

¿Se puede permitir Sudáfrica sus prestaciones sociales?

Actualmente, Sudáfrica gasta cerca del 4% de su PIB en ayudas sociales. Las estadísticas del Banco Mundial de 2009 pone el gasto social de Sudáfrica a la par que el de Ucrania, pero por debajo de Malawi y Etiopía (alrededor del 4,5%) y muy lejos de las Islas Mauricio (cerca del 8%). Aun así está en una escala muy alta, siendo las situaciones de Jamaica (por debajo del 1%), Polonia (justo por encima del 1%) y Argentina (1,5%) mucho más comunes.

Hay preocupación acerca de si el gasto social de Sudáfrica es sostenible a largo plazo. De acuerdo con la investigación se ha comparado el gasto del gobierno en ayudas sociales y en salarios desde 2008 con los ingresos del gobierno durante el mismo período, por lo que el primero absorberá, en 2026, todos los ingresos del gobierno si las actuales tendencias de crecimiento no se ajustan.
Sin embargo, la académica Ingrid Woolard de la Escuela de Económicas de la UCT, que se especializa en investigar la protección social, la pobreza y la desigualdad, no está de acuerdo con que las prestaciones sean insostenibles. «El Tesoro tiene unos modelos excelentes para predecir que el crecimiento de las ayudas y las tendencias demográficas subyacentes no son una preocupación. De hecho, el porcentaje del PIB que son prestaciones no aumenta, por lo tanto el sistema es muy estable.»

Los estudios fiscales a largo plazo del Tesoro muestran que «el nivel actual de gasto social es sostenible siempre que la economía crezca un 3% anual», aunque esto ofrece un margen muy estrecho para gastos adicionales. Por lo tanto, es necesario un mayor crecimiento económico. Sin embargo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) pronostica un crecimiento económico para Sudáfrica de solo el 2,1% en 2015 y del 2,5 en 2016.

Mitos y confusiones

Existen muchas percepciones negativas acerca de las prestaciones sociales y sus beneficiarios, y un estudio del Centro para el Desarrollo Social en África (Centre for Social Development in Africa, CSDA, en inglés) de la Universidad de Johannesburgo muestra que hasta los receptores se creen esas historias. Pero, ¿cuántas son verdad?

«Las ayudas sociales vuelven a la gente vaga y dependiente del gobierno.»

Una investigación de la Unidad de Investigación del Trabajo y Desarrollo Social del Sur de África (Southern Africa Labour and Development Research Unit, SALDRU, en inglés) situado en la Escuela de Económicas de la Universidad de Ciudad del Cabo muestra que «existe poca evidencia empírica» que confirme que la gente dejar de buscar trabajo cuando recibe una ayuda. El informe del CSDA también apoya que «los beneficiarios de la prestación no quieren ser «dependientes» de las transferencias monetarias y continúan dando un alto valor al trabajo remunerado» y que están «muy motivados
para trabajar y quieren salir del sistema de ayudas en cuanto puedan.»

«Las becas para los niños aumentan los embarazos adolescentes.»

Una noticia anterior de Africa Check probó la falsedad de este argumento pues muy pocas madres adolescentes acceden a la ayuda.

«Los padres piden prestaciones para niños que no viven con ellos.»

El informe del CSDA muestra que «una abrumadora mayoría de los niños beneficiados (92,2%) viven con su cuidador en el hogar.»

«Los receptores utilizan mal el dinero de la ayuda.»

Aunque algunas personas lo hagan, abusando del alcohol, por ejemplo, el trabajo del CSDA muestra que «el dinero [de la prestación] es usado, principalmente, para comida y algunos bienes básico como tasas de la escuela y uniformes, salud y transporte.»

Fuente: Daily Maverick South Africa

(n del t ) La R responde a la moneda sudafricana, Rand.

Tarducción y notas. Cira Marín García

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