Etiopía está sufriendo la peor sequía en treinta años y necesita «ayuda inmediata» para salvar a millones de personas afectadas, advirtió ayer domingo, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en la cumbre de la Unión Africana en Addis Abeba.

«Los etíopes se enfrentan a la peor sequía en 30 años», dijo Ban, «La urgencia es tan enorme que es demasiado para un solo gobierno».

«La asistencia inmediata salvaría vidas y también apoyaría el impresionante desarrollo de Etiopía durante la última década», declaró Ban Ki-moon, a los periodistas en la capital etíope.

Al menos 10,2 millones de personas necesitan asistencia humanitaria en Etiopía, un número que podría duplicarse en unos meses, según las previsiones de la ONU, sumiendo a la quinta parte de la población en la hambruna.

La sequía causada por el fenómeno climático de El Niño ha aumentado significativamente el número de personas afectadas por la hambruna en el este de África, incluyendo Etiopía que tiene menos de la mitad de los 1,3 millones de euros necesarios para hacer frente a esta crisis, advirtió el viceprimer ministro etíope, Demeke Mekonnen.

«El año pasado Etiopía fue golpeada por uno de los episodios registrados más fuertes de El Niño». «La magnitud y la gravedad de las necesidades humanitarias han aumentado de manera significativa.»

Huyendo de las zonas más afectadas, y según cifras de la ONU, más de 80.000 etíopes han cruzado el Golfo de Adén para pasar a Yemen en 2015, a pesar del conflicto en ese país.

La inseguridad alimentaria es un tema delicado en Etiopía, el segundo país más poblado de África, que tiene una tasa de crecimiento económico de casi dos dígitos.

La sequía ha sumido de nuevo a los etíopes en los oscuros recuerdos de las terribles hambrunas de la década de 1980 que causaron millones de muertes.

En el sur de África unos 14 millones de personas se enfrentan a la hambruna debido a que la sequía prolongada ha destruido los cultivos.

El fenómeno climático de El Niño se debe a un cambio de sentido en la dirección de los vientos alisios sobre el Pacífico ecuatorial. Las aguas cálidas de la superficie, que normalmente se acumulan en el este del Pacífico, se desplazan hacia el oeste, lo que provoca un aumento de lluvias en algunas partes del mundo y las fuertes sequías en otras.

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