El pobre, pero estratégicamente importante Yibuti, mantuvo elecciones parlamentarias el pasado día 11, a pesar del boicot convocado por los partidos de la oposición, que consideraban estas elecciones como antidemocráticas.
Tan solo 65 candidatos de la coalición leal al Presidente Ismael Omar Guelleh, se presentaban para ocupar los 65 escaños esta legislatura, y muchos votantes ni siquiera se han molestado en registrarse. Según los primeros sondeos, la participación apenas alcanzó el 20 %.
El boicot convocado por los tres principales partidos de la oposición, sigue la línea de las protestas tras las elecciones presidenciales, celebradas en 2005, en las que Guelleh, en el poder desde 1999, volvió a ganar. Los partidos de la oposición lograron recoger un 28 % de los votos en las anteriores elecciones parlamentarias, pero esto no se tradujo en la concesión de ningún escaño en el parlamento, por lo que los líderes de la oposición acusan al Gobierno de haber instaurado un sistema unipartidista en Yibuti.
En una entrevista al Primer Ministro, Dileita Mohamed Dileita, que encabeza la lista de la Unión para la Mayoría Presidencial, este aseguraba que “el sistema de representación proporcional es un riesgo muy negativo para el equilibrio tribal, como ha ocurrido en la vecina Somalia, y no queremos que eso ocurra en Yibuti”.
Este estado, que tiene unos 700.000 habitantes, es una base estratégica importante para las tropas francesas y de los Estados Unidos, en el cuerno de África. En Yibuti también está la única base militar de Washington en África. Además este país recibe alrededor de 60 millones de euros anuales de Francia y de Estados Unidos en concepto de permisos por tener allí sus bases militares.
(IOL, 12-02-08)