Siempre es bueno ser realista, no para que la realidad nos desanime, sino para encontrar el mejor camino hacia adelante.
Tanto en Uganda como en España, siguiendo la comparación de nuestro presidente, estamos saturados de políticos y altos funcionarios. Aquí tenéis algunos datos, en relación con Alemania que cuenta con el doble de habitantes.
Mientras que Alemania con sus 82 millones de habitantes cuenta con 150.000 políticos, Uganda que tiene 41 millones habitantes cuenta con 410.532 políticos y España con sus 47 millones de habitantes tiene 445.000 políticos. (Wikipedia)
¿Para que sirven tantos políticos, en Uganda y en España? Para vivir súper bien con sus amigos y familias, a costa de los demás! Nos bastaba en España y Uganda, como lo hacen el Alemania, con menos de una quinta parte: unos 75.000 políticos en total (no 445.000!). La situación actual es insostenible.
¿Sabe usted lo que cobra esta gente?: 90.000 Millones de Euros, en España, cada año! Con ahorrar la mitad, ya éramos todos autónomos, y a trabajar!
Quien los ha votado? Todos somos cómplices de votar a tantos parásitos que se aprovechan de los demás durante el resto de su vida.
Nosotros elegimos como, cuando, a quien y a cuantos votamos! Ya es hora de tomar nuestra responsabilidad social, para no ser manipulados.
Nosotros elegiremos también líderes más íntegros y sistemas políticos y económicos más éticos y justos, orientados al desarrollo integral de cada persona y al Bien Común. Si queremos, el futuro está en nuestras manos!
Para los que dudan sobre si cambiar el sistema es posible, aquí va un dato revelador.
“FAIRTRADE” ha conseguido que el “Comercio Justo” en España facturara en 2011: 26 millones de euros, 16.8% más que el año anterior. (Datos de Fairtrade)
“Fairtrade” es parte de un movimiento más amplio que lucha por unas condiciones de comercio internacional más justas, sobre todo en países del Sur, en vías de desarrollo. Los agricultores y trabajadores de esos países cultivan, en muchos casos, los productos que nosotros compramos todos los días: te, cacao, café, chocolate, azúcar, frutas etc., sin contar los minerales y combustibles.
Conviene optar, en nuestro consumo, por productos locales y por los certificados con el sello “Fairtrade”, en los supermercados, tiendas, negocios de catering y de restauración. Así podemos apoyar a los pequeños productores y agricultores en España y el en los países en vías de desarrollo.
Tanto en África, como en Europa, hemos delegado excesivo poder en los políticos, economistas y banqueros de turno, y así nos van las cosas.
Es hora de tomar nuestra responsabilidad social, para realizar nuestro tabajo honestamente, elegir representantes más íntegros a todos los niveles y para crear nuevas estructuras político-económicas, culturales y medio-ambientales, más viables, humanas, justas y solidarias.
NOTA DE ACLARACIÓN:
Gracias a los comentarios de algunos lectores, veo la necesidad de aclarar algunos términos.
Cuando hablo de “saturación de altos funcionarios y políticos”, me refiero solamente a los altos cargos políticos, de los cuales andamos sobrados y muy por encima de la media europea.
Sin embargo, en cuanto a los profesionales de los servicios públicos (“funcionarios”) para el bienestar de los ciudadanos-as, como: la sanidad, la educación, los servicios de ayuda a las familias, los servicios sociales, la vivienda social, etc. estamos muy necesitados, y andamos a la cola de la comunidad europea.
Según Vicenc Navarro, catedrático de economía,(diario Publico, 10 de noviembre de 2011) y la agencia estadística de la Unión Europea (Eurostat), España tiene el gasto publico social, por habitante y en relación con su PIB, más bajo de la Unión Europea-15.
España es también el país que tiene proporcionalmente menos personas trabajando en tales servicios públicos de toda la UE-15.
Entre las causas más importantes de esta situación, segùn Vicenc Navarro, están:
el hecho de que la mayoría de las rentas superiores no contribuyen la estado de bienestar en los mismos porcentajes que sus homólogos en la mayoría de países de UE,
y el hecho del frade fiscal de la grandes empresas y de la banca, que en España, según ATE, llega a 44.000 millones de euros al año, que se podrían gastar en el estado de bienestar.
