A pesar de una apariencia de competición, Paul Kagame ha sido reelegido para un cuarto mandato como presidente. Las elecciones ruandesas estaban bien atadas, por lo que Kagame y su régimen prosiguen en el poder desde 1994. Los resultados definitivos serán públicos en 27 de julio, pero las cifras provisionales hablan de una aplastante victoria del Frente Patriótico Ruandés.
Los resultados de las presidenciales de este año se asemejan a las anteriores. Paul Kagame los ha incluso superado: 99,18 % de los votos frente a 98,79 % en 2017. Las elecciones legislativas dan el 68,83 % de los votos a los candidatos del FPR; una amplia mayoría absoluta en la Asamblea nacional.
Un reinado interminable, una democracia inexistente
Paul Kagame, reelegido siempre con resultados superiores al 90% de los votos, dirige el país con mano de hierro. Esta confiscación del poder quedó reforzada con la reforma constitucional de 2015, que autoriza a Kagame a optar por un cuarto y quinto mandato. La reforma ha permitido su presentación en 2024 y le permitirá presentarse de nuevo en 2029; ello significa la posibilidad de mantenerse en el poder hasta 2034.
Las elecciones de 2024, igual que las precedentes, han estado marcadas por el amordazamiento de las fuerzas políticas de la oposición para impedir una real alternativa política. El partido FIDU Inkingi, antaño presidido por la señora Ingabire, el partido Desarrollo y Libertad para todos (Dalfa-Umurinzi) dirigido actualmente por ella, o el Partido Social Imberakuri, registrado en 2009, pero cuyo fundador ha sido separado, no han podido concurrir a las elecciones. El tribunal supremo rechazó la rehabilitación legal en la vida política de Victoire Ingabire el 13 de marzo de 2024 y la de Bernad Ntaganda el 14 de mayo. A Diane Rwigara, candidata independiente a la cabeza del Movimiento por la Salvación del Pueblo se le negó la posibilidad de presentarse en 2017 y posteriormente en 2024.
Además de estos obstáculos administrativos, los miembros de los partidos de oposición son amenazados constantemente, sufren detenciones arbitrarias y desapariciones forzadas, cuando no son asesinados, como por ejemplo el asistente de Victoire Ingabire en 2019.
Cierre total del espacio cívico y autoritarismo
El espacio cívico está enteramente copado por el FPR, con un control absoluto de las esferas política, económica y mediática. Dos informes de FIDH (La democracia bajo tutela, de 2017 y Ruanda espacio cívico y democrático bajo control total del partido único FPR, de 2022) sacan a la luz los medios empleados para mantenerse en el poder y dificultar el ejercicio de los derechos humanos. Las voces disidentes e independientes tanto de periodistas como de activistas ya casi no existen. Los escasos activistas que mantienen su independencia no tienen otra opción que la prudencia, la discreción o el exilio.
Nuevo mandato: urgencia de poner los derechos humanos y las libertades fundamentales en el corazón de las prioridades
Este nuevo mandato presidencial, nada sorprendente, es la ocasión para FIDH y ODHR para reiterar ante las autoridades elegidas y ante los socios de Ruanda, su viva preocupación frente a esta situación deletérea. Para garantizar una paz y un desarrollo duraderos, hacen un llamamiento al Estado ruandés para que:
- Abra el espacio cívico y democrático.
- Levante las restricciones a las libertades y garantice su respeto
- Garantice las condiciones de una real diversidad política y de una verdadera competición, que permita a los ciudadanos ruandeses ejercer un derecho al voto efectivo, elegir libremente a sus dirigentes, en elecciones libres, justas y transparentes.
- Haga investigaciones independientes sobre los asesinatos políticos y desapariciones sospechosas de opositores.
Por fin, FIDH y ODHR piden la condena pública por parte de los países socios de Ruanda de los ataques de su ejército a la República Democrática del Congo (RDC) así como del apoyo de Ruanda a milicias, en particular al M23, responsables de masacres, violaciones e innumerables crímenes, que no pueden permanecer impunes. FIDH y ODHR reclaman la suspensión inmediata de la ayuda militar al ejército ruandés y exhortan a la Unión Europea condicione su apoyo a un compromiso previo de retirada por parte de Ruanda del apoyo al M23.
Fuente: FIDH y ODHR (Federación Internacional de Derechos humanos) y Observatorio de DH en Ruanda)
[CIDAF-UCM]