El día 9 de diciembre, Ruanda ha pospuesto por segunda vez el cierre de los tribunales populares creados en 2001, para juzgar a los sospechosos de genocidio del país, según fuentes oficiales.
Todavía están por concluir más de 2.000 casos en los tribunales conocidos como gacaca, que comenzaron a funcionar hace cinco años.
Los tribunales, en un principio iban a terminar su función a finales de 2007, pero la fecha se pospuso hasta finales de 2009.
“Todavía tenemos 2.261 casos pendientes de juicio por todo el país. Presentaremos un informe final al tribunal supremo del país en febrero de 2010”, declaró Gratien Dusingizimana, el jefe del departamento de los gacaca.
Alrededor de un millón de personas han sido juzgadas en estos tribunales y Dusingizimana asegura que han alcanzado el objetivo de desvelar la verdad, resolviendo contenciosos sobre el genocidio, terminando con la impunidad y fomentando la unidad y la reconciliación.
Consecuencias negativas
Sin embargo, el principal grupo de defensa de derechos humanos de supervivientes del genocidio, ha criticado estos tribunales por no haber revelado cómo se planeó la masacre de unas 800.000 personas en 1994.
“Para los supervivientes, la verdad sobre la planificación sigue sin conocerse. Esto puede tener consecuencias negativas”, señala Theodore Simburudali, el jefe del grupo de derechos humanos Ibuka.
“Los que dicen que no hubo planificación también pueden llegar a la conclusión de que no hubo genocidio”.
Basados en el viejo concepto de consejo popular tradicional, los gacaca fueron restablecidos en un esfuerzo de resolver el atroz retraso de casos relacionados con el genocidio en el sistema de tribunales del país.
Los tribunales tienen poder para juzgar a los que participaron en las matanzas y pueden emitir sentencias que van desde servicios a la comunidad hasta cadena perpetua.
Los cerebros que dirigieron el genocidio están siendo juzgados por el Tribunal Penal Internacional para Ruanda, con sede en la ciudad del norte de Tanzania, Arusha.
(News24, 10-12-09)