Ruanda entre los 10 países africanos que atraen más a los inversores

13/07/2011 | Crónicas y reportajes

Según un sondeo realizado entre 800 inversores que operan en el continente africano, Ruanda estaría entre los 10 países de África más deseados por parte de los inversores internacionales. Esta encuesta ha sido realizada por el Panel de empresas africanas.

¿Es Ruanda un país rentable?

Llevando a cabo una política abierta a los inversores extranjeros, Ruanda posee un entorno macroeconómico favorable a la acumulación capitalista: un fuerte crecimiento del PIB acompañado de una política económica cuyo eje es la privatización y una fuerte protección de los inversores, así como un débil nivel de corrupción.

Con un crecimiento del 7,4% del PIB, el país está clasificado entre las economías más prometedoras del continente africano. Éste indicador que permite medir la evolución de las rentas de la población es determinante para los inversores. Un crecimiento del PIB repercute en las rentas de las familias y provoca un aumento del poder de compra, que a su vez estimula las ventas de bienes y servicios, lo que es provechoso para los inversores.

Luego, en la Vision 2020, las autoridades ruandesas se comprometieron a tender hacia una economía capitalista. Para ello decidieron adoptar una política de privatización de los factores de producción, para permitir a los inversores que adquieran los medios de producción sin pasar por el gobierno.

En fin, la corrupción, que tiene efectos negativos en la economía real, es una de las preocupaciones del gobierno ruandés. Desde su llegada al poder, fue una prioridad anunciada por el régimen: la lucha contra la corrupción. Se comprometió a conducir el país hacia la tolerancia cero con relación a la corrupción. La política emprendida por Kigali para reducir la corrupción sigue aportando sus frutos, ya que de 2006 a 2010, Ruanda ha pasado de estar clasificado en el puesto 121 al puesto 66 en la clasificación de países más corrompidos, siendo el menos corrompido de África. La reducción de la corrupción atrae a los inversores ya que representa una reducción de los costes de transacción.

Las reformas drásticas emprendidas por Kigali para atraer a los inversores le han permitido colocarse entre los países más atractivos: en 2010 el Banco Mundial ha clasificado Ruanda en el puesto 58, como país donde es fácil hacer negocios (4º en África). No obstante, algunas características económicas y políticas, así como una influencia negativa sobre las inversiones, merecen ser puestas en evidencia.

Por un lado, a pesar de que Ruanda conoce un fuerte crecimiento económico, no todos los ruandeses sacan provecho de este aumento del PIB. En efecto, esta riqueza es distribuida de manera desigual entre las diferentes capas de la población: en 2009, Ruanda estaba incluido entre los países más “desigualitarios” del mundo, con un índice Gini de 0,49. El índice Gini consiste en atribuir a los diferentes países una nota entre 0 y 1 (la nota 0 significa que las rentas son distribuidas equitativamente entre la población de un país dado y a la inversa, la nota 1 significa que toda la riqueza de la nación está en manos de una sola persona). En un contexto en el que una estrecha minoría se apropia de toda la riqueza producida y que la propensión marginal a consumir la renta suplementaria es débil para las personas acomodadas (puesto que estas últimas preferirán ahorrar la renta suplementaria), un crecimiento del PIB no implica forzosamente un crecimiento de las ventas de bienes y servicios. Así pues, un fuerte crecimiento del PIB no siempre es benéfico para los inversores. El crecimiento económico no basta para estimular los beneficios de los inversores: es preciso que este crecimiento repercuta en la mayoría de las rentas de las personas menos acomodadas, ya que estas últimas tienen una mayor propensión a consumir la renta.

Por otro lado, el hecho de que el sistema capitalista sea generador de desigualdad no es necesariamente malo. Semejante sistema no debe ser visto como problemático si contribuye a mejorar el bienestar de los más pobres, aunque mantenga las desigualdades en la percepción de las rentas. Sin embargo, el sistema económico ruandés plantea serios problemas, puesto que no contribuye a la reducción de la pobreza: el desarrollo económico no beneficia más que a una pequeña minoría de la población: las privatizaciones se hacen en detrimento de los pobres… A priori, se podría pensar que estos factores no influyen en la opción de los inversores. Sería un grave error pensar de ese modo, ya que actualmente en el mundo los agentes económicos tienden a no perseguir solo las ganancias. Se preocupan igualmente por otros factores como el medio ambiente y el bienestar de la población en general: la ética no puede quedar disociada de la economía.

Aunque Ruanda disponga de un entorno macroeconómico favorable a la acumulación capitalista, debe tener en cuenta y mejorar algunos elementos que influyen negativamente en los inversores.

Clément Cyiza.

Jambonews.net, 10 de julio de 2011.

Traducido por Ramón Arozarena.

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