Ruanda: el FPR es alérgico al multipartidismo e impermeable a la democracia

23/12/2009 | Opinión

Los hostigamientos policiales y las amenazas de las que son víctimas los miembros de un nuevo partido, el “Democratic Green Party of Rwanda”, que solicita su registro en Ruanda; las maniobras desplegadas por el régimen para imposibilitar que los líderes del partido FDU-Inkingi en exilio regresen a tiempo a Ruanda para hacer registrar su formación política; la espada de Damocles (disolución) sobre la cabeza de cualquier nuevo partido registrado en Ruanda, como el PS Imberakuri, tal y como viene de significarlo una comisión del Senado, controlada por el FPR…, todo ello demuestra una vez más el carácter totalitario del régimen del FPR de Paul Kagame, incapaz de adaptarse a ninguna forma democrática.

Se recordará que tras su conquista del poder por las armas en 1994, el FPR dictó su ley en la puesta en pie de nuevas instituciones en el país. Para engañar a los occidentales que le habían impulsado y ayudado a tomar el poder, hizo como que aplicaba los acuerdos de Arusha, esos que acababa de violar asesinando al presidente Habyarimana, pero vaciándolos de su sustancia. A la vez que admitía, en principio, la existencia de otros partidos políticos, el FPR ha disuelto los que no le convenían y ha obligado a existir sólo de nombre y a convertirse en satélites agrupados en el seno de un órgano controlado por él, el “Foro de partidos políticos”. Para no hacer las cosas a medias, el FPR se preocupó de introducir esta enormidad en la Constitución. Creía así estar vacunado de la democracia. Hoy, constata que, a pesar de todo, algunos ruandeses aspiran a la democracia. En consecuencia, hay que meterlos en cintura.

Así es como hay que interpretar el encarnizamiento con el que el régimen persigue los partidos políticos que no ha podido crear o a los que teme que sean realmente partidos de oposición.

El partido FDU-Inkingi de Victoire Ingabire Umuhoza, desde que anunció su intención de regresar, para participar en la elección presidencial de 2010, produce pesadillas a los estrategas del FPR. Todo está permitido para desanimar a los líderes de este partido: no tendrán a tiempo sus documentos para viajar, si vencen estos obstáculos, serán acusados de connivencia con movimientos terroristas y arrojados a la cárcel. El FPR ya ha pedido un informe para ello. Si la cosa no funciona, serán individualmente acusados de genocidio o de vehicular la ideología del genocidio. De cualquier modo, el FDU-Inkingi no debe operar en Ruanda.

Según el semanario UMUSESO, nº386 del 14-21 de diciembre de 2009, el reciente partido “Democratic Green Party of Rwanda” de Frank Habineza está en el ojo del huracán. Se recordará que una de sus primeras reuniones fue perturbada por elementos enviados, evidentemente por el poder, que actuaban bajo protección policial. Hoy, los servicios de seguridad, por medio de la pluma del tristemente célebre general Jack Nziza (buscado por la justicia francesa y española por crímenes contra la humanidad), acusan a este partido de ser una creación de personalidades antaño dignatarias del FPR pero actualmente en desgracia, de los que habría que desembarazarse. Los más citados son: el coronel Joseph Keremera, antiguo ministro de educación, antiguo embajador en Suráfrica y hoy senador, y Patrick Mazimpaka, uno de los fundadores del FPR, pero enfrentado desde 1998 a Paul Kagame. Tanto como decir que estas dos personalidades tienen un pie en la tumba por haber sido acusados por el general Jack Nziza de estar detrás de un partido de oposición.

Y como nada se deja al azar en la Ruanda del FPR de Paul Kagame, se dice que la promoción-sorpresa del teniente coronel Emmanuel Gasana al grado de general y su nombramiento para dirigir el cuerpo de Policía Nacional, es una indicación sobre la manera con que el régimen de Kagame piensa reprimir cualquier veleidad democrática. Emmanuel Gasana, alias Ruraryi, es en efecto un criminal conocido por sus hombres y colegas como especialmente cínico y limitado. Por otra parte, está buscado por la justicia española por el asesinato de varias personas, entre otras de expatriados, en Ruanda, entre 1994 y 2000. Así pues, todo está establecido para evitar a cualquier precio la eclosión de la democracia en Ruanda.

Tras estas revelaciones, nadie se atreverá a decir: “No lo sabíamos”.

Emmanuel Neretse y Gaspard Musabyimana.

Publicado en la página web del escritor ruandés Musabyimana, www.musabyimana.be, el 22 de diciembre de 2009.

Traducción: Ramón Arozarena.

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