Riesgos de Mozambique en 2019

7/02/2019 | Opinión

mozambique_mapa_3-10.pngLos riesgos miden o estiman el grado de probabilidad de que un fenómeno suceda, produciendo efectos negativos en las realidades relacionadas con él. Por ejemplo, existen métodos que evalúan los riesgos de crédito, de rentabilidad, de vida, de accidente, de calamidades, entre otros. Riesgos de las instituciones y también el riesgo de fenómenos de inestabilidad en una región o país.

Este texto tiene como objetivo presentar aquellos que son, en la opinión del autor, los mayores riesgos de Mozambique en 2019. El riesgo de inestabilidad política y social y los riesgos económicos (sobre todo relacionados con la inversión, la tasa de cambio, la inflación, el crecimiento de empleo). La secuencia presentada no presenta ninguna gradación de los riesgos considerados.

Riesgo 1: Estabilidad militar y política en Cabo Delgado (Palma). Nada indica una pronta solución. La opción militarista y securitaria ha demostrado no ser una solución y la actuación de los rebeldes posee características de guerrilla, generalmente sin solución por vía exclusivamente militar. Nada indica que el gobierno este abordando el asunto de forma integral, considerado los diversos motivos de la crisis (por ejemplo, pobreza, extracción de recursos –tierra-, tráficos, étnicos, religiosos). La posibilidad de alargamiento del territorio afectado por el conflicto es real y ya se dan estas señales. La continuidad de esta inestabilidad puede provocar la retirada de las inversiones (y no solo en la zona afectada).

Riesgo 2: Año electoral. Este período puede ser un factor de inestabilidad social. Las experiencias anteriores y, concretamente, las elecciones autárquicas (municipales y regionales) de 2018, no inspiran confianza en la transparencia de las elecciones. No son previsibles cuáles serán las consecuencias si existen casos de fraude, en particular, las de los partidos de la oposición y particularmente, la RENAMO. Huelga recordar que el proceso de desmilitarización de la RENAMO fue suspendido después de las elecciones autárquicas, siendo, probablemente, el resultado de la insatisfacción de la RENAMO por los casos comprobados de fraude. Esta actitud puede significar el mantenimiento de la capacidad militar como presión o aviso para las elecciones generales en octubre de 2019. La incertidumbre de los resultados (cada vez mayor) en el sentido del cambio de partido dominante o ausencia de mayoría absoluta, retrae considerablemente la inversión, aumenta los gastos públicos (colocado erróneamente como inversión en el presupuesto del estado), reduce la actividad empresarial y del estado, entre otras consecuencias.

Riesgo 3: Deuda externa y en particular la deuda exoculta. Este proceso está cargado de incógnitas por lo que respecta al final de las investigaciones y las decisiones judiciales en curso, tanto individualmente como en el pago de la deuda. Las consecuencias son demasiado conocidas y ya han sido verificadas: inestabilidad macroeconómica, desaceleración económica, aumento de la pobreza, deuda pública no sostenible, reducción drástica de la inversión extranjera (retirando los grandes proyectos), inversión interna incluyendo lo público, contracción de los gastos públicos, cierre de pequeñas y medianas empresas, desempleo, inflación, entre otras. Las consecuencias son intergeneracionales y las decisiones de responsabilidad y liquidación de los crímenes eventuales de fraude y corrupción tienen un reflejo inmediato. El proceso no está concluido. Veremos qué pasa en 2018.

Riesgo 4: Credibilidad del gobierno e imagen del país. Las evoluciones de los riesgos 1, 2 y 3, determinarán la recuperación (o no) de la credibilidad del gobierno, de las instituciones judiciales y, en general, del sistema político. En sentido negativo, la no recuperación de la credibilidad dificultará la inversión, la cooperación, cuyas consecuencias internas sobre la economía no son similares a las apuntadas: reducción de la inversión, de la cooperación, del crecimiento, del empleo, de la inflación, del nivel de vida de los ciudadanos, entre otros.

Riesgo 5: Represión, derechos humanos y retroceso de la democracia: la verificación de los riesgos 1, 2, 3 y 4 podrá influenciar al gobierno y reforzar los mecanismos de defensa del poder y de un estado frágil que facilite o cubra diferentes tipos de tráfico, corrupción y negocios no transparentes. Si así fuera, es de esperar que exista más represión sobre las voces críticas (amenazas, ataques, palizas, asesinatos) y, por lo tanto, más abusos contra los derechos humanos, mayor control del aparato ideológico (sobre todo de los órganos de información) y asfixia económica de las organizaciones no “alineadas” con el sistema y movimientos militares de intimidación (ya en curso). Las tácticas de gobierno mediante mentiras, distracción y silencio se podrá agravar. Por otro lado, serán reforzadas las medidas de captura y creación de colectivos clientelares, principalmente los funcionarios públicos en los diferentes niveles jerárquicos y territoriales, empresarios y líderes comunitarios. En 2018, según The Economist, Mozambique fue clasificado, por primera vez, como controlado por un régimen autoritario. Existen señales con características fascistas en el ambiente político y social.

Riesgo 6: Contexto económico internacional. No se puede excluir la posibilidad de que los cambios en la economía internacional se reflejen negativamente (o positivamente) en Mozambique. Actualmente, la mejoría de algunos indicadores de la economía nominal (tasas de cambio y de intereses e inflación), resultan sobre todo de entradas de divisas de las exportaciones de carbón, aluminio y algunas commodities agrícolas con precios en alza, del precio favorable (aunque muy volátil) del petróleo, de una política interna restrictiva contrayendo la demanda y las importaciones. Considerando los niveles alcanzados, es probable que se den bajas en los precios de algunas de las materias primas exportadas por Mozambique afectando a la balanza de pagos y a la recuperación de las variables nominales macroeconómicas y de la producción en algunos sectores. Se puede todavía esperar alguna subida de las tasas de interés internacionales, agravando el volumen y los servicios de la deuda y afectando a la inversión externa en las pequeñas y medianas empresas.

Riesgo 7: Clima. Las previsiones climáticas apuntan hacia situaciones de emergencia por inundaciones y sequías, que siempre han sido sufragadas, principalmente, por la cooperación y los donativos. Noticias recientes indican de la existencia de poblaciones en situación de hambre y escasez de recursos asignados al Instituto Nacional de Gestão de Calamidades para socorrer estas situaciones.
Riesgo 8. Seguridad alimenticia. La verificación conjunta de los riesgos anteriores implicará claramente, el aumento de la pobreza sobre todo en el medio rural con la reducción de la producción agraria, el empeoramiento de la seguridad alimentaria y la necesidad de importar más bienes alimenticios.

Como se observa, los riesgos son reales. La confirmación de los mismos, de forma aislada o combinada, podrá incrementar las consecuencias sobre la sociedad y la economía que, en resumen, son las siguientes: inestabilidad política y social, crisis económica, reducción de la cooperación y de la inversión externa y desacreditación del gobierno y de las instituciones mozambiqueñas.

Compete al gobierno la toma de medidas destinadas a reducir los riesgos de origen interno y gestionar los riesgos externos no controlables por el gobierno para mitigar sus efectos. La reducción de los riesgos depende de medidas integradas para la resolución del conflicto en Cabo Delgado, de la realización de elecciones transparentes, asumir las consecuencias políticas, criminales e institucionales de las exdeudas ocultas, evitar los excesos autoritarios y el refuerzo de la democracia. Solamente así puede haber una recuperación de la credibilidad en el gobierno y en las instituciones, una recuperación de la inversión y la cooperación, y la reversión continua de la crisis económica. La fuga de responsabilidades, el refuerzo de la represión, la mantenimiento de las instituciones y de las promiscuidades como mecanismo de defensa y continuación del poder, serán actitudes históricamente efímeras. La gran cuestión es saber si la FRELIMO tiene la capacidad de reposicionarse y qué consecuencias tendrá dentro del partido. Este es el riego 9, sin duda el determinante. Dicho de otro modo, ¿es posible cambiar algún ADN?

João Mosca

[Traducción, Joaquín Barceló Orgiler]

Fuente: OMR Destaque Rural nº 48

[Fundación Sur]


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