Según los resultados provisionales publicados por la Agencia Nacional de Gestión Electoral de Chad, Mahamat Idriss Deby ganó la pasada elección presidencial. Deby obtuvo más del 61 % de los votos, según las cifras publicadas, eliminando la necesidad de una segunda vuelta con su rival más cercano, el primer ministro Succes Masra, que recibió el 18,5 %. La victoria permite a Deby conservar la presidencia, pero ahora con un mandato electoral y como presidente interino, despues de suceder a su padre, asesinado en abril de 2021 mientras luchaba contra un grupo rebelde en el norte del país. El padre de Deby había gobernado el país durante más de 30 años, de 1990 a 2021, cuando fue asesinado a tiros poco después de su sexta victoria presidencial.
Como resultado de los medios extra constitucionales por los que llegó al poder, Mahamat Déby se ha enfrentado a un persistente déficit de legitimidad. Durante su tiempo como presidente de transición, Deby ha encabezó un referéndum sobre una nueva constitución, que le permitió preparar su candidatura electoral para 2024, la nueva constitución permite a antiguos lideres de la junta militar ser eligibles para participar en el gobierno civil algo a lo que inicialmente habían renunciado. Este enfoque maleable hacia la constitución ha permitido a la familia Déby y a los militares, considerados el músculo detrás del trono, consagrar un sistema de sucesión hereditaria que allana el camino para que la familia permanezca en el poder indefinidamente.
Los resultados del jueves llegaron antes de lo esperado, originalmente se pensaba que los resultados provisionales llegarían el 21 de mayo. El primer ministro Masra ha indicado que no aceptará los resultados electorales, durante una transmisión en vivo en Facebook en la que se declara ganador y acusa a Deby y otros funcionarios del gobierno de manipular los resultados electorales para aferrarse al poder. La oposición ha acusado a los Deby de reprimir violentamente a la oposición para mantener su control del poder. Hay que considerar ciertas circunstancias previas que pueden haber influido en los resultados, como el asesinato de una de las principales figuras de la oposición, el primo de Deby, Yaya Dillo, quien murió cuando las fuerzas de seguridad tirotearon la sede de su partido. Otras figuras de la oposición fueron puestas fuera de la carrera electoral impidiéndoles presentarse por “irregularidades” en sus solicitudes para hacer campaña. Como precaución, y tras el anuncio del jueves, se han desplegado fuerzas de seguridad en los cruces de toda la capital, Yamena, por si se produjeran disturbios.
Chad ha permanecido en la persistente inestabilidad a lo largo de las últimas décadas, conviviendo junto a múltiples rebeliones armadas, asesinatos políticos, crisis económicas y una creciente disparidad social, en un país rico en petróleo. Ubicado en los últimos lugares del Índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas, la nación es considerada como la primera de los países del Sahel en celebrar una elección democrática durante un mandato militar, pero las dudas sobre la imparcialidad y credibilidad de la votación persisten.
Chad, hogar de casi 18 millones de personas, estuvo bajo dominio colonial francés hasta 1960 y actualmente es el último país de la región del Sahel en tener presencia militar francesa, con aviones de combate y tropas estacionadas dentro de su territorio. El presidente Deby, que lideró la Dirección General de los Servicios de Seguridad de las Instituciones del Estado, trabajó en estrecha colaboración con las tropas francesas. Países vecinos como Níger, Malí y Burkina Faso han experimentado golpes de Estado que han instaurado a líderes militares en unos gobiernos que están cortando los vínculos militares con occidente y acercándose hacia Rusia. Sólo desde 2020 se han producido ocho golpes de estado en la región.
Fuentes: Africa Center – Al Jazeera
[Traducción y edición, Micaela Llona Bavestrello]
[CIDAF-UCM]