Tras seis semanas de protestas por diferencias étnicas, la comunidad de Malamulele en la provincia sudafricana de Limpopo parece regresar lentamente a la normalidad, al anunciarse que hoy comenzarán a reabrir los negocios y servicios.
La decisión de suspender las manifestaciones ocurre después de reuniones entre las estructuras comunitarias dirigidas por el Equipo de Trabajo de Malamulele y funcionarios del gobierno, la última de ellas realizada la víspera.
El transporte público está operando en la zona, la policía aún mantiene una fuerte presencia allí y no está claro si se reanudarán las clases, porque no se observan alumnos con uniforme escolar, según reseña un reporte de la cadena estatal SABC.
Durante todo este tiempo los residentes de Malamulele permanecieron desafiantes en su demanda de que esa localidad fuera reconocida con el rango de municipio, independiente de Thulamela, argumentado motivos étnicos.
Plantearon que los pobladores de origen xitsonga eran relegados respecto a los de habla tshivenda, pese a ser mayoría. La inestabilidad en esa demarcación estallaron el pasado año poco antes de las elecciones generales de mayo, pero fue ahora que volvieron a reavivarse.
El domingo el presidente Jacob Zuma ratificó la posición de su gobierno en una entrevista con la SABC. «Las personas tienen el derecho a protestar y expresar su frustración sobre cualquier tema; sin embargo no es correcto que infrinjan los derechos de otros, como es el caso de privar a los niños de ir a la escuela», advirtió.
A principios de febrero, Zuma expresó ante la prensa, su preocupación por la situación en Malamulele.
No se puede aceptar «la división de las personas en función de su tipo, jamás se puede permitir, es una cosa peligrosa», subrayó entonces.
Fuente: Prensa Latina