Los ministros de Defensa de los países de los Grandes Lagos han reconocido últimamente en Kigali que la amenaza de las fuerzas negativas en el este de la RDCongo no ha desaparecido todavía. Su inquietud se basaría en la coalición que los grupos armados habrían concluido con un grupo integrista islámico de nombre El Shabab. Se trata de una doble constatación: por un lado una confesión de que las operaciones militares conjuntas han fracasado y, por otro dato, la posible presencia de un grupo islámico, no sería sino un llamamiento de Kigali para que Washington diera luz verde a un relanzamiento de unas operaciones que le permitieran a Ruanda poner de nuevo el pie en el Congo y proseguir su agenda oculta.
Esta reunión de los ministros de Defensa afirma que existe “un proyecto en gestación de una alianza de fuerzas negativas”. Esta alianza estaría compuesta por las FDLR, grupos fieles a Kayumba/Karegeya y Nsengiyumva, Maï MaÏ Yakutumba y checa, FPLC, grupo Soki de Rutshuru; se hace mención al grupo integrista islámico El Shabab.
Caso de que esta información esté fundada, constituye ciertamente un peligro real para la integridad de la RDC y de los países vecinos. Sería una fuente de inestabilidad que debería preocupar a los dirigentes de los Estados. Ya Suzanne Rice, en su día, afirmaba, que la RDC era un territorio propicio para la implantación de las fuerzas negativas. Diez años después se hace la constatación de esta infiltración inquietante. Sería pues necesaria la colaboración de todos para erradicar esta nebulosa islamista.
Caso de que se trate de un espantajo, sería una nueva creación de Kigali para justificar su regreso al Congo. Una preocupación un tanto sospechosa, ya que la intervención casi permanente de operaciones militares conjuntas entre los dos países, tendería de hecho a sustituir la puesta en pie de un ejército fuerte y republicano congoleño, tal y como todos deseamos. Algunos ven en la agitación de este espantajo por parte del régimen de Kigali una especie de llamamiento para que el gobierno norteamericano dé la bendición a su nueva irrupción militar en RDC. Se sigue sospechando que Kigali tiene una agenda oculta: quiere luchar contra las FDLR y que a la vez se le considere como una fuerza de intervención indispensable en la región de los Grandes Lagos.
OPERACIONES MILITARES CONJUNTAS
Lo que habría que evitar es usar de nuevo recetas que no han dado fruto. Los expertos señalan que el reconocimiento del fracaso de las operaciones conjuntas precedentes debería incitar a buscar fórmulas más apropiadas, a saber, dotar a la RDC de un ejército capaz de controlar y defender sus fronteras. Habría que recordar que los ejércitos de los países vecinos han controlado desde hace varios años zonas enteras del territorio congoleño, sin lograr eliminar las fuerzas negativas formadas por gentes de esos países (Uganda y Ruanda) sin lograr dominarlas. La resurgencia de las FDLR y de la LRA ilustra perfectamente la incapacidad para eliminar duraderamente los grupos armados nacionales y extranjeros, que siguen matando, violando y saqueando los recursos de la RDC.
Ruanda debería prohibirse franquear, con el pretexto de esta nueva amenaza, las fronteras de la RDC Las experiencias pasadas permiten poner en duda la eficacia de las operaciones conjuntas.
(A partir de Le Potentiel 24/01/2011)
Traducción y resumen de Ramón Arozarena.