Con el anuncio hoy del presidente sudanés, Omar Hasán Al Bashir, sobre la reanudación del tráfico fluvial entre su país y Sudán del Sur, quedaron reabiertas de modo total las fronteras mutuas cerradas desde la independencia sursudanesa en 2011.
La decisión del mandatario, acompañada de la petición de que se trate a los ciudadanos sursudaneses «de forma adecuada y con respeto», complementó la asumida el pasado 28 de enero sobre la reapertura de la frontera terrestre entre ambos Estados.
Durante un mitin en la ciudad de Rebk, capital del estado de Nilo Blanco, fronterizo con Sudán del Sur, Al Bashir aseguró que su gobierno no castigará a los ciudadanos sureños que huyeron del país.
El Presidente asistió allí este jueves a la inauguración de una central eléctrica abastecida con petróleo importado del campo sursudanés de Adariel, lo cual siguió a la firma de un acuerdo mediante el que Abuja suministrará a Jartum 28.000 barriles de crudo diarios, 18.000 de ellos para dicha planta.
Las limitaciones impuestas con el cierre en 2011 de las fronteras fluviales y terrestres causaron serias limitaciones al intercambio entre ambos países, envueltos en frecuentes conflictos militares por la posesión de territorios con yacimientos de crudo.
Entre las consecuencias del cierre de fronteras figura el empeoramiento de la situación económica en provincias sursudanesas septentrionales como Alto Nilo y Unidad, cuyos ingresos se basan principalmente en la exportación de combustibles y productos alimentarios a Sudán.
Los dos países afrontan las consecuencias de casi medio siglo de guerras intestinas entre el norte islámico y el sur de creencias cristianas y africanas tradicionales, que devinieron en la separación de ambos territorios y en el posterior diferendo como Estados.
Una nueva guerra estremeció Sudán del Sur durante al pasado 2013 con la sublevación de militares y funcionarios encabezados por el exvicepresidente Riak Machar junto a otras fuerzas que se sumaron después por motivos políticos, económicos y étnicos.
Las diferencias entre los gobiernos de Sudán y Sudán del Sur estuvieron signadas desde la separación de sus territorios en 2011 por el reparto de los recursos petroleros, debido a que entonces Juba conservó los yacimientos, pozos e instalaciones y Jartum solo los oleoductos.
Prensa Latina
(Fundación Sur)