Expertos han deplorado ante el Consejo de Derechos del Hombre de la ONU la gravedad de la situación de los derechos humanos en el Congo. La situación no ha mejorado respecto al informe de 2009. Asía lo han expuesto el miércoles 23 de marzo en Ginebra en un informe en el que insisten en la condición “extremadamente preocupante” de la región del este de la RDC donde actúan diversas fuerzas armadas, con consecuencias desastrosas para la población local, obligada permanentemente a huir.
Los expertos afirman que la Oficina de la ONU registra permanentemente “violaciones graves de los derechos del hombre y violaciones graves del derecho internacional humanitario cometidas por las fuerzas armadas nacionales y por los grupos armados”.
Los autores de estas violaciones son por una parte las Fuerzas Armadas de la RDC (FARDC), y por otra los combatientes del Ejército de Resistencia del Señor (LRA), las Fuerzas Democráticas de Liberación de Ruanda (FDLR) y los grupos Maï Maï. Todos ellos llevan a cabo una guerra encarnizada persiguiendo intereses a veces convergentes y otras veces divergentes, lo que dificulta enormemente su identificación por parte de la ONU, en un contexto, el del este del Congo, francamente caótico.
Sin embargo, lo más grave, según los expertos, es la naturaleza de las violencias. Se habla de masacres, de violaciones, a veces colectivas, cometidas por civiles y militares que se aprovechan de la anarquía e impunidad reinantes en el territorio para perseguir a mujeres y niños indefensos. Esta situación tiene como consecuencia el desplazamiento de gran número de personas y el reclutamiento forzoso de jóvenes en los grupos armados. Los expertos indican por otra parte que la suerte de todas estas víctimas es ignorada tanto por el gobierno como por la comunidad internacional, a pesar de que se trata de los crímenes más graves cometidos después de la segunda guerra mundial.
En consecuencia, los expertos, frente a la pasividad o indiferencia de Kinshasa y de la comunidad internacional, expresan la dificultad de activar la creación de una comisión nacional de derechos humanos en la RDC, debido a la falta de “cooperación”.
La cuestión que se plantea es saber cuándo la comunidad internacional decidirá agarrar el toro por los cuernos –la situación de los Grandes Lagos y de sus dictadores – para que cese la impunidad que asola el corazón de un África herida y se decidirá a apoyar a los pueblos oprimidos y a instaurar verdaderos Estados democráticos.
Jean Bigambo
26 de marzo 2011 – Jambo Nwes
Traducción de Ramón Arozarena.