Accra se levantó la semana pasada en medio del estruendo generado por los tambores y las vuvuzelas de los cientos de manifestantes que, ataviados con los colores de la bandera nacional, se dieron cita en la capital de Ghana para protestar por la inefectividad de las medidas en materia económica implementadas por el gobierno durante los últimos años.
Los ghaneses han expresado así su descontento con la labor del gobierno del presidente Nana Akufo-Addo, quien se ha mantenido en el poder desde el año 2017 y que no ha sabido dar una respuesta efectiva a la grave crisis económica en la que se encuentra sumida el país.
Los líderes de la oposición ghanesa han recogido el descontento popular y han organizado movilizaciones a lo largo y ancho del país en las que claman por la dimisión del gobernador del Banco Central, Ernest Addison, a quien culpan de implementar políticas que han derivado en altas tasas de desempleo juvenil y en una inflación que se sitúa por encima del 40 %; provocando una grave y generalizada pérdida de poder adquisitivo y bienestar para la sociedad ghanesa.
A pesar de las grandes reservas de recursos naturales con las que cuenta el país africano, situándose entre los principales productores de oro, cacao y gas del continente africano, Ghana se ha visto obligada a recurrir a las instituciones internacionales para obtener financiación. El pago de la deuda de más de 3000 millones de dólares y las bajas tasas de productividad y competitividad presentadas por su economía han acabado por situar a las cuestiones económicas en el centro del debate político del país, que acudirá a las urnas en diciembre de 2024.
Fuente: English Ahram
[Traducción y edición, Gabriel Castro]
[CIDAF-UCM]
