[Fuente: Abeer Salah]
Por primera vez desde que fuera prohibida la práctica de la mutilación genital femenina (MGF) en Egipto, un médico será juzgado por la muerte de Sohair al-Bata’a, una niña de 13 años de edad, el pasado mes de junio en la clínica de Raslan Halawa.
Según Mona Amin, coordinador general del proyecto nacional del Consejo Nacional de Población para la prohibición de la MGF, el padre de la víctima presentó una denuncia acusando al médico de haber matado a su hija después de realizarle una operación de MGF.
Durante la investigación el padre, que también será juzgado por llevar a su hija a someterse a la operación, se retractó de sus declaraciones iniciales, afirmó que su hija sufría de dolor en la pelvis y el médico diagnosticó que la niña tenía exceso de piel en la zona y debía ser retirada.
La clínica ha negado la realización de una MGF en sus instalaciones y afirmó que la víctima murió a causa de una reacción alérgica a la anestesia al cauterizarle el exceso de piel.
El juez de instrucción, asignado por el Ministerio Público, culpó al médico de no someter a pruebas de alergia a la niña pero dictaminó que la intervención médica para eliminar la piel era correcta.
El castigo por la realización de una MGF en Egipto es pena de prisión de tres meses a dos años o una multa de 5.000 libras egipcias (515 euros).
El 90% de las mujeres egipcias de edades comprendidas entre los 15 y los 49 años de edad han sufrido la MGF, según el censo de 2008.
Aunque ahora los médicos realizan el 70 por ciento de estas operaciones, las parteras tradicionales y los barberos siguen llevando a cabo esta práctica.