Porque sin nosotras no se mueve el mundo…

6/03/2009 | Cartas

Me llamo Latifa. Tengo 26 años. Nací en Marruecos, me gusta mi país y estoy orgullosa de haber nacido en él y de ser musulmana pero en mi país yo sentía que no tenía futuro: no tenía trabajo, no tenía salud, no tenía reconocimiento como mujer.

El mayor cambio que se ha dado en mí con la emigración a España ha sido que veo más horizontes a la vida. Un cambio psicológico muy grande: Hoy sé que soy capaz de muchas más cosas. Que puedo intentar conseguir lo que quiero.

En Marruecos soñaba con cosas que nunca podía conseguir. Quiero cambiar mi vida y la vida de las mujeres, para que sea mejor. Quiero ser una mujer libre, quiero autonomía y libertad para ir haciendo mi vida poco a poco, al modo en que yo vaya decidiendo.

En Lavapiés luchando poco a poco voy consiguiendo algunos de esos sueños, aunque las leyes lo ponen muy difícil.

Mis mayores dificultades como inmigrante en España no ha sido el cambio de cultura, aprender otras costumbres, sino no tener papeles. Yo me siento integrada, tengo un trabajo, aunque no sea bueno, tengo amigos españoles y de todo el mundo. Conozco las costumbres de aquí y las respeto sin abandonar las mías. Mi mayor dificultad es la ley de extranjería y la policía, ser tratada como una delincuente por no tener papeles. Vivir siempre con el miedo a que puedan cogerme y llevarme al CIE y la comisaría, como ya han hecho 2 veces.

No poder trabajar más que como domestica por no tener papeles. Es mucho trabajo, pagan muy mal y se tienen pocos derechos.

Lo que más me ha ayudado ha sido la amistad con gente española y de otros países del mundo y luchar juntos por los derechos humanos. Hay mucha gente que no creemos en las fronteras y en España he descubierto la fuerza de estar unidos para cambiar las cosas injustas y hacernos fuertes. Desde que llegue a España estoy en tres grupos que para mi son muy importantes:

El Centro San Lorenzo, donde aprendí español y me reúno con otras mujeres, para darnos fuerza y aprender de la vida de otras mujeres, nos informamos sobre derechos y también nos lo pasamos bien.
Ferrocarril Clandestino. Una red de apoyo donde luchamos contras las fronteras y por los derecho humanos de los inmigrantes y de los sin papeles porque “ningún ser humano es ilegal” y “queremos futuro para todos”.

Y el TALLER DE DOMESTICAS (SEDOAC) donde nos reunimos empleadas de hogar luchando por nuestros derechos. Marroquíes somos pocas .Yo llevo muchas mujeres al grupo porque el grupo me ha ayudado mucho.

Mi primer trabajo fue como interna en Toledo. Yo tenía muchas ganas de aprenderlo todo, pero mi jefa me trataba muy mal. Al tercer mes me despidió, me dijo que había roto una cama y no me quería pagar el mes: 550€. Pero yo no me hundí sino que fui valiente. Hablando con las mujeres de Ferrocarril me animé a denunciarla y le dije a mi jefa que “aunque no tenia papeles tenia “derechos humanos”, que no quería hacerle nada malo pero que si no me pagaba la iba a denunciar. Ella se rio de mí y me dijo que yo no era nadie, que era una extranjera sin papeles, que quién me iba a creer. Ella me puso en la calle sin darme tiempo a buscar nada, me hizo sentir mucha vergüenza. Yo no había hecho nada malo. Con la ayuda de las mujeres de Ferrocarril la denuncié y gane el juicio. Ella estaba muy enfadada me insultó mucho.
Yo no quería hacerla mal sólo quería mi dinero, los 550€ de mi trabajo. Por fin tuvo que pagar, porque ganamos el juicio.

Yo me sentí muy bien, aunque me había quedado sin trabajo. Esta lucha me dio mucha confianza en mí misma. Sin confianza en una misma no podemos hacer nada. Yo en España he aprendió a luchar con gente de muchos países: Senegal, Rumania, Bangladesh, Egipto, Mali, Paquistán, Brasil, no importa que tengamos distintas costumbres o religiones, que seamos de distintos colores o hablemos distintas lenguas todos somos humanos y tenemos derechos. Ser humanos es lo que nos une, nos hace luchar y sentirnos con fuerza juntos. Ahora trabajo en una casa con niños. Es muy cansado y no es fácil, porque estás con ellos muchas horas y les tienes que educar. Gano poco pero me tratan bien y me respetan.

El trabajo de empleada de hogar es muy importante porque “sin nosotras no se mueve el mundo”, pero la sociedad no lo reconoce ni con el sueldo ni con condiciones dignas. Se que hasta que no tenga papeles no puedo tener otro trabajo. Por eso tenemos que luchar para que mejoren las condiciones de este trabajo.

Mi primer sueño es tener papeles para poder conseguir otras muchos sueños que tengo: otro trabajo, estudiar, etc y para ello los sin papeles tenemos que luchar. Por eso yo estoy también en la asociación sin papeles.

La primera vez que leí en mi lengua un comunicado por los derechos de los sin papeles lloré mucho. Lo hice por mí y por todas las sin papeles de España y del mundo. Sé que no hablo bien español, pero hay que hablar y decir lo que pensamos. No vale de nada llorar y quedarte encerrada en casa, por miedo a que te coja la policía. Hay que actuar.

Latifa Baali

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