Por una política económica centrada en el ser humano y en el bien común

16/05/2023 | Editorial

cidaf-ucm_logo_blanco-64.pngEl uso y abuso de los recursos naturales que hacemos por todo el mundo, sobre todo en el hemisferio norte, más mecanizado y digitalizado, supone un gran riesgo para el futuro del Planeta y de la Humanidad, porque utilizamos en un solo año los recursos disponibles para cuatro. El despilfarro continuo de alimentos y recursos, en los restaurantes y centros de diversión en occidente, es escandaloso.

El hecho es que el hombre moderno no está preparado para utilizar el poder con acierto, porque el inmenso crecimiento tecnológico no estuvo acompañado de un desarrollo del ser humano en responsabilidad, valores y conciencia” (nº 105 Laudato Si). ”Hay otro problema fundamental: el modo como la humanidad de hecho ha asumido la tecnología y su desarrollo, junto con un paradigma homogéneo y unidimensional. Lo que interesa es extraer todo lo posible de las cosas por la imposición de la mano humana”(nº 196 LS).

En la inauguración del III Congreso Latinoamericano (Bogotá), del Pensamiento Social de la Iglesia para el Desarrollo integral del ser humano, se afirmó el tema principal: El clamor de la tierra, el grito de los pobres y el maltrato de los migrantes fueron el centro del debate.

La política económica mundial debería estar centrada en promover la dignidad e igualdad de todo ser humano y en construir juntos al bien común, trabajando por un desarrollo humano, sostenible y ecológico.

En la actualidad, la economía mundial se basa en la extracción de minerales y recursos naturales, lo cual es una práctica colonial ya experimentada, combinándola con una tendencia desenfrenada del sistema económico a convertir los bienes de la naturaleza en utilidad personal y empresarial.

Junto al cardenal Oscar Madariaga, el cardenal Czerny hizo una llamada al mundo político porque «hay necesidad de reformular la idea misma de progreso y de crecimiento económico, interpelando al mundo político para que se oriente hacia opciones que garanticen una mayor protección del bien común«.

El extractivismo transforma la naturaleza en dinero, alimentando la corrupción y la inestabilidad política para conseguir el máximo beneficio de unos pocos.

Algunos definen el “progreso” y la “modernidad”, como la libertad total para hacer lo que más nos convenga, pero sin responsabilidad hacia los demás, ni ética.

Tratar a los inmigrantes, a los pobres, a las personas indefensas y a la misma tierra con respeto y responsabilidad es necesario para construir juntos un mundo más humano, ecológico, justo y bello.

CIDAF-UCM

Autor

  • Bustince Sola, Lázaro

    Nacido en Izco (Navarra), en 1942, estudió filosofía en Pamplona (1961-1964). Hizo el noviciado en Gap – Grenoble (1964-1965), con los Misioneros de África (Padres Blancos). Estudió Teología en el instituto M.I.L. de Londres, (1965-1969), siendo ordenado sacerdote en Logroño, en los Padres Blancos en 1969.

    Comenzó su actividad misionera en África en 1969, siendo enviado a la diócesis de Hoima en Uganda, donde estuvo trabajando en la educación, desarrollo y formación de líderes durante nueve años. Luego vivió un periodo de trece años en diversas ciudades europeas, trabajando en la educación y capacitación de los jóvenes (Barcelona 1979-1983)) , en Irlanda como responsable de la formación de los candidatos polacos (1983-1985), y en Polonia donde fue Rector del Primer Ciclo de Filosofía Polaco (1985-1991), y se doctoró en Teología espiritual en Lublin, donde fue nombrado profesor de la misma Universidad Católica de Lublin (KUL), de dicha ciudad, en 1991.

    Regresó a Uganda en 1992, y fue elegido Provincial de los padres Blancos de Uganda hasta 1999. Durante este periodo, fue también presidente de la Asociación de Religiosas-os en Uganda (ARU), y pionero en la construcción del Centro Nacional de Formación Continua (USFC). Además inició la Comisión de Justicia, Paz e Integridad de la Creación (JPIC) en 1994, trabajando en la formación de líderes en JPIC.

    En 2000 y 2004 cursó estudios sobre educación en Justicia, Paz, y Transformación de Conflictos, en Dublín. Desde su regreso a Uganda, fue pionero en la capacitación de agentes sociales en JPIC, y en el establecimiento del primer Consorcio de Educación Ética (JPIIJPC), lanzado por seis Congregaciones Misioneras, en 2006. Desde el inicio, y hasta junio 2011, ostentó el cargo de primer Director del Instituto. Al mismo tiempo fue profesor invitado de Ética en la Universidad de los Mártires de Uganda (UMU).

    En septiembre de 2011 fue nombrado director general de África Fundación Sur (AFS), organismo que dejó de existir en 2021. En la actualidad sigue trabajando por África al 100 % siendo, entre otras ocupaciones, editorialista en el CIDAF-UCM.

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