Lázaro Bustince director de Fundación Sur hace un análisis de la crisis en la que vivimos y que criterios se deberían seguir para llegar a una nueva política y economía del bien común.
INTRODUCCIÓN
La Historia nos muestra que los sistemas político-económicos más fuertes hasta hoy: el marxista y el capitalista están fracasando en crear bienestar sostenible y justo. Ahora le ha tocado el turno al sistema capitalista neoliberal para llevarnos a una de las mayores crisis sociales de las últimas décadas.
“El neoliberalismo imperante produce ricos cada día más ricos, a costa de pobres cada vez más pobres”, dijo Juan Pablo II.
Esta crisis político-economica era inevitable, debido al propio sistema capitalista. Este sistema neoliberal lleva inexorablemente hacia una crisis como la que estamos sufriendo, sobre todo los parados y marginados. El abismo entre la minoría en súper lujo y la mayoría empobrecida se va haciendo más escandalosa cada día. La tierra como decía Gandhi, puede satisfacer las necesidades de todos, pero nunca podrá satisfacer todos sus caprichos.
Es hora de proponer nuevos modelos económicos alternativos a este sistema capitalista neoliberal actual injusto y deshumanizador. Incluso las potencias emergentes como Brasil, China, India y Rusia siguen el mismo sistema capitalista, dejando a la mayoría en la miseria y destruyendo el medio ambiente. Con este sistema neoliberal se prefiere destruir toneladas de alimentos por razones de mercado, aun dejando a millones de seres humanos morir de hambre.
La indignación está alcanzando ya a todo el globo. En varios países europeos: Alemania, Austria y Suiza, el 90% de la población desea un sistema económico alternativo. Numerosos Foros Internacionales, ONG e Iglesias también presentan modelos alternativos. Todos estos modelos económicos alternativos se pueden agrupar en lo que podríamos llamar: UNA POLITICA Y ECONOMIA DEL BIEN COMUN