Las fuerzas de Uganda han vuelto a cruzar la frontera occidental del país para entrar en la República Democrática del Congo (RDC), según el Daily Monitor y la BBC.
Las incursiones anteriores habían sido extremadamente controvertidas, con tropas luchando contra soldados de Ruanda, llevando a cabo atrocidades y saqueando los recursos naturales del país.
Pero esta vez es con la aprobación del gobierno de la República Democrática del Congo. Después de los ataques suicidas en la capital Kampala, el 16 de noviembre 2021, el presidente Museveni anunció que perseguiría a los responsables dondequiera que estuvieran.
El gobierno de Uganda culpó a un grupo rebelde militante islamista llamado las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF), que se fundó en Uganda, pero que luego se vio obligado a desplazarse a la República Democrática del Congo. Dice que ahora es parte del grupo del Estado Islámico.
El pasado martes, 7 de diciembre, el ejército de Uganda confirmó que había llevado a cabo ataques aéreos contra objetivos de las ADF al otro lado de la frontera. Más tarde, el miércoles, cientos de soldados ugandeses fueron vistos cruzando hacia la República Democrática del Congo.
El gobierno congoleño dijo que había invitado a las fuerzas armadas de su vecino al país, ya que el ADF es uno de los muchos grupos armados que están causando estragos en el este de la República Democrática del Congo.
La ADF, expulsada de Uganda a principios de la década de 2000, ha estado atacando y saqueando aldeas congoleñas, asesinando personas inocentes y reclutando niños por la fuerza durante al menos la última década.
Pero los funcionarios de los gobiernos de Uganda y Congo no han revelado muchos detalles, salvo para confirmar la presencia de tropas ugandesas.
El portavoz del ejército congoleño, general Leon Kasonga, declaró que los combates ocurrían en áreas remotas de Beni, incluso en medio de un bosque, y en el Parque Nacional Virunga, que se extiende a lo largo de la frontera de los dos países. Agregó que los movimientos de tropas, la duración de la operación y las cifras de víctimas eran confidenciales.
¿Cómo lo ven los Ugandeses?
Los políticos de la oposición y algunos comentaristas se han opuesto enérgicamente a la incursión de las tropas en la República Democrática del Congo.
Esto se debe en parte a que el despliegue se llevó a cabo sin consultar ni obtener la aprobación del parlamento ugandés, como exige la constitución.
Pero Uganda ha ignorado esto antes. No hubo consulta cuando las tropas entraron en la República Democrática del Congo en la década de 1990. Y en 2013, las fuerzas de Uganda cruzaron también en Sudán del Sur para apoyar al presidente Salva Kiir sin la aprobación del parlamento.
Muchos ciudadanos activistas de Uganda, como “Human Rights Watch”, y de la RDC, como Denis Kukwege, han expresado su preocupación diciendo que esta no era la forma de llevar la paz a una región tan atribulada. Anteriores incursiones militares de Uganda en la RDC, en la década de los 90, solo agravaron la situación, y el grupo ADF continua.
Analistas de la región de los Grandes Lagos, como Filip Reyntjens, particularmente de Kivu norte y sur, apuntan a otra razón, silenciada, pero más convincente para explicar estas incursiones militares de Uganda y también de Ruanda, así como de otros gobiernos, que está relacionada con la explotación mineral de cobalto, cobre, uranio, oro, diamantes, casiterita y coltán, tan abundantes en esta región del Kivu, y tan vitales para la tecnología digital de todo el mundo. Por eso, los gobiernos de esta región de los Grandes Lagos consiguen tanto apoyo financiero del exterior y tienen tantos minerales para exportar.
Además, esta región es muy rica en tierras fértiles, petróleo, madera, flora y fauna abundante. La Madera roja y negra, “iroko” y “afromorsia”, son las principales variedades presentes en el mercado local y en el internacional.
El saqueo de los recursos naturales y minerales abundantes en esta región del Kivu, es la razón principal de la presencia armada de tantos grupos actuando en esta región de la RDC, y son apoyados y armados por poderes regionales e internacionales, incluso de la UE, siempre con la complicidad de los ejecutivos regionales.
Lázaro Bustince
[CIDAF-UCM]