Está claro que la respuesta está ligada a una historia de alianzas políticas.
Por primera vez en la historia, un africano está a la cabeza de la Federación Internacional de Fútbol (FIFA). Desde luego, es algo temporal: el camerunés Issa Hayatou, sustituto de Sepp Blatter, que fue suspendido de sus funciones, asegura la transición hasta el 26 de febrero. Resulta evidente que Hayatou no es un modelo de deontología, dada su implicación en diversos escándalos de corrupción. Pero es algo histórico.
Y para sustituir a la cabeza de la FIFA al que es también presidente de la Confederación Africana de Fútbol (CAF), podríamos haber tenido el placer de contar con un segundo hombre del continente: el sudafricano Tokyo Sexwale, candidato al escrutinio del próximo 26 de febrero. Sin embargo, extrañamente, ninguna de las 54 naciones africanas le ha dado su apoyo.
La CAF ha declarado también públicamente su apoyo al candidato de la federación asiática, Cheikh Salman, miembro de la familia real de Bahréin, en un comité ejecutivo que tuvo lugar el 5 de febrero, tal como indica la BBC. «Cheikh Salman tendrá que obtener ahora el voto de las 54 federaciones africanas», apunta la cadena inglesa. Las votaciones son seguidas muy de cerca por los países del continente. Esta decisión que pone fin a las ambiciones de Tokyo Sexwale.
¿Pero cómo se ha llegado hasta aquí?
Intereses en común
Este acercamiento en África y Asia, que tienen entre los dos 100 voces del total de 209 votos (uno por país), no permite que un candidato obtenga, sin apoyo exterior, los dos tercios sufragados necesarios para acceder a la presidencia. Pero, con el apoyo de las dos mayores confederaciones, las posibilidades son grandes. Yendo de la mano, las confederaciones asiática y africana quieren servir a sus intereses dando su apoyo a la candidatura de un hombre que a ambos es favorable a la cabeza de la FIFA. Únicamente han sido europeos y un sudamericano los que han dirigido la Federación Internacional hasta el momento.
Una alianza política que es favorable a los objetivos de Cheikh Salman, pero no de su principal competidor, el príncipe Ali. El candidato jordano, que no cuenta con el apoyo de la confederación asiática, ha denunciado lo que él considera como amenaza para la FIFA.
«Las naciones africanas a las que tengo un gran aprecio, no deberían estar en venta y los candidatos y los presidentes de confederaciones no deberían utilizar los recursos para el desarrollo de algunos países como herramientas políticas», declaró el príncipe Ali.
«África permanecerá con ustedes»
Durante la presidencia de Sepp Blatter, la Confederación Africana de Fútbol se vio beneficiada de numerosas ayudas para el desarrollo a través de los programas «Goal». Como ya se dijo en medios como Slate.fr, hay muchas sospechas de corrupción sobrevolando estos programas de desarrollo, que son también herramienta política usada por Blatter para conservar el apoyo de África.
«África se siente cómoda con ustedes. África permanecerá con ustedes», declaró Issa Hayatou al dirigente suizo en el congreso anual de la organización que tuvo lugar el Cairo el 7 de abril de 2015. Fue antes de la expulsión de Blatter. Hoy, las 54 naciones africanas han encontrado a un nuevo aliado. Por pragmatismo.
Camille Belsoeur
Slate Afrique
(Fundación Sur)