Si el único factor predictivo sobre quién será elegido como próximo papa fuera el lugar donde la Iglesia católica crece con mayor rapidez, entonces es casi seguro que el próximo papa provendría de África.
La población católica del continente está creciendo más rápidamente que en cualquier otra parte del mundo, representando más de la mitad del aumento mundial.
Si bien ha habido en el pasado al menos tres pontífices de origen africano -el último, el papa Gelasio I, murió hace más de 1500 años- muchos argumentarían que ya es hora de que haya uno más.
Cuando los cardenales que votan para elegir al líder de la Iglesia Católica, conocidos como cardenales electores, se reúnan en el Vaticano para elegir al sucesor del papa Francisco, ¿influirán estos hechos en su toma de decisiones? «Creo que sería fantástico tener un papa africano«, declaró a la BBC el padre Stan Chu Ilo, sacerdote católico nigeriano y profesor asociado de la Universidad DePaul de Chicago, argumentando que el liderazgo de la Iglesia Católica debería reflejar mejor el carácter mundial de sus miembros. “El desafío es que hoy en día no hay ningún clérigo africano de alto rango que ocupe un puesto importante en el Vaticano, y eso representa un problema”, dijo.
Este clérigo africano reconoció que era más probable que los cardenales eligieran a alguien que ya tuviera un perfil alto, «alguien que ya fuera una voz influyente«.
Sin embargo, también señaló que «el cardenal Sarah de Guinea y el cardenal Fridolin Ambongo de la República Democrática del Congo se han convertido en voces prominentes del catolicismo mundial en los últimos dos años«.
Y recordó que el cardenal ghanés Peter Turkson ha desempeñado muy importantes cargos en el Vaticano, lo que le ha granjeado el cariño de muchas personas en todo el mundo. Turkson es un fuerte candidato para el puesto, como en 2005 el cardenal nigeriano Francis Arinze también fue un conocido candidato en el cónclave que condujo a la elección del papa Benedicto XVI.
Esta es la situación actual a pesar de que el papa Francisco aumentó la proporción de cardenales procedentes del África subsahariana del 8 %, cuando fue elegido en 2013, al 12 %, una década después, según el Pew Research Center, con sede en EE. UU.
«Cómo se ha llegado a este punto para el continente africano y la Iglesia Católica sigue siendo algo que sorprende a muchos, dada la apertura del Papa Francisco hacia África«, declaró el Padre Chu Ilo.
Francisco visitó 10 países de África durante su pontificado, un período que marcó un drástico aumento del número de católicos en el continente. Las últimas cifras muestran que en 2023 había 281 millones de católicos en África, lo que representa el 20 % del total de católicos en el mundo.
Sin embargo, a algunos católicos africanos no les gusta la importancia dada a las estadísticas cuando se habla del “peso de la iglesia africana actual”. Uno de ellos es el padre Paulinus Ikechukwu Odozor, profesor de la Universidad de Notre Dame en Indiana.
Para este sacerdote católico nacido en Nigeria, esa manera de hablar simplemente huele a simbolismo. «Es como si la gente dijera: ‘Bueno, si los africanos están creciendo en número, ¿por qué no les damos un papa?”
«Nunca he sido de los que piensan que solo por ser de África o de Europa eres el candidato ideal. No importa de dónde vengas, en cuanto eres elegido, los problemas de todos se convierten en los tuyos. Tienes una sola preocupación: edificar el cuerpo de Cristo, sin importar dónde se encuentren las personas, sin importar cuántas sean, en cualquier contexto”. Lo más importante, declaró a la BBC, es que el papa sea «el teólogo principal de la Iglesia«. «El papa debe ser alguien que conoce muy bien la tradición» y que es capaz de usarla para orientar a la gente, afirmó.
En su opinión, lo más importante es asegurar que los asuntos que afectan a los fieles en África sean tomados en serio por quienes ocupan puestos de poder en el Vaticano. Admitió que a veces da la impresión «como si los africanos no importaran, o como si su fe se considerara un poco inferior, o falsa, y no debiera tomarse en serio«.
«Cuando los africanos sienten que sus problemas no se discuten como deberían, la gente empieza a preguntarse: bueno, tal vez solo podamos ser escuchados o vistos si tenemos a nuestro propio representante allí«.
El papa Francisco ha sido elogiado por su comprensión y compasión hacia los pobres y marginados, lo que lo hizo particularmente querido en África. Por ejemplo, se pronunció contra lo que consideraba un saqueo de los recursos naturales en países como la República Democrática del Congo, un vasto país que alberga la comunidad católica más grande de África, con casi 55 millones de creyentes.
Su papel como pacificador también ha sido elogiado. Se esforzó mucho para ayudar a superar las divisiones tras la brutal guerra civil en la República Centroafricana, donde se hizo famoso por llevar en su papamóvil al imán que lo invitó a rezar en una mezquita de Bangui en 2015. También besó los pies de los dos líderes rivales de Sudán del Sur cuatro años después, en un intento por poner fin a la guerra civil en ese país.
Por otro lado, el papa Francisco enfrentó críticas de parte de la iglesia africana por su postura sobre las cuestiones relacionadas con el colectivo LGBT y sobre todo por la posibilidad de bendiciones ofrecidas a parejas del mismo sexo. Algunos obispos africanos se opusieron abiertamente a su declaración de 2023 que permitía a los sacerdotes ofrecer bendiciones a parejas del mismo sexo. El Vaticano tuvo que aclarar que las bendiciones «no aprueban ni justifican la situación en la que se encuentran estas personas» y que «en varios países existen fuertes problemas culturales e incluso legales que requieren tiempo y estrategias pastorales que van más allá del corto plazo«. Se trata de un tema que parece unir al continente, donde las relaciones homosexuales están prohibidas en muchos países.
Los tres cardenales africanos, mencionados por los observadores como posibles papables, si no como los principales candidatos —Peter Kodwo Appiah Turkson, de Ghana, Robert Sarah, de Guinea, y Fridolin Ambongo Besungu, de la República Democrática del Congo—, son claros en su rechazo a un cambio en este tema.
El cardenal congoleño ha declarado que «las uniones entre personas del mismo sexo se consideran contradictorias con las normas culturales e intrínsecamente malas«.
El cardenal Sarah, considerado por muchos como un ultratradicionalista, ha criticado duramente las actitudes liberales de Occidente, declarando en un Sínodo en 2015: «Lo que fueron el nazifascismo y el comunismo en el siglo XX, lo son hoy las ideologías occidentales homosexuales y abortistas, y el fanatismo islámico«. Y si bien el cardenal Turkson ha criticado la decisión de Ghana de imponer duras sanciones a las personas LGBT, mantiene la postura de que las relaciones entre personas del mismo sexo son «objetivamente pecaminosas«.
Paulinus Ikechukwu Odozor, profesor de la Universidad de Notre Dame, también es de la opinión de que, a pesar del aumento en el número de cardenales del continente africano, carecen de poder real en la Iglesia. Se trata de un hecho que podría obstaculizar los esfuerzos del papa Francisco para que el liderazgo de la Iglesia sea más representativo, y también la posibilidad de contar con un pontífice de África.
El religioso Paulinus también afirmó que «todavía existe la cuestión del racismo en la Iglesia, de la que nunca hablamos«, añadiendo que «eso podría socavar a alguien, sin importar cuán papal sea o lo que haga; será visto simplemente como un papa africano«.
Dado que el papa Francisco nombró a 108 de los 135 cardenales con derecho a voto en el cónclave, es muy probable que elijan a alguien cuyo énfasis también esté en acercarse a los pobres y marginados.
Fuentes: BBC News – AFP – AlJazeera
[Traducción y edición, Jesús Zubiría]
[CIDAF-UCM]
