Dos sacerdotes católicos fueron secuestrados en el sur de Nigeria el 30 de abril de 2023. Son el padre Chochos Kunav y el padre Ralph Ogigba, que al cabo de unas semanas fueron liberados. En Nigeria continúan los secuestros de religiosos. Según la ONG Portes Ouvertes, este país ostenta el récord de mayor número de secuestros de cristianos en el mundo (todas las confesiones). Así, de los 5.259 cristianos secuestrados en 2022, 4.726 son nigerianos.
Solo Nigeria representa el 89 % de los cristianos asesinados; siendo más de 50.000 en los últimos 14 años. Los cristianos son un objetivo más en el norte de Nigeria, tanto de los fulani, por sus tierras agrícolas, como de los ataques yihadistas.
Portes Ouvertes señala que «Su vulnerabilidad se ve agravada por la privación total de servicios básicos como buen acceso [a] caminos, agua potable, hospitales, escuelas, etc. Los cristianos están sujetos a la ley sharia, masacres, conversión forzada al islam, secuestros, violaciones, trabajo infantil, trata de personas y otros abusos contra los derechos humanos», continúa, antes de denunciar la inacción o incluso la complacencia «de los diferentes poderes y niveles de gobierno» ante las persecuciones que sufren los cristianos.
Este radicalismo no es propio del pueblo nigeriano, ni de ningún país africano que yo conozco, sobre todo en África subsahariana. Los movimientos radicalizados y yihadistas han llegado de fuera, y si han captado jóvenes de los países africanos, ha sido sobre todo entre los jóvenes privados de sus tierras y de las alternativas para una vida de trabajo digno y desarrollo sostenible.
Los jóvenes se ven obligados a tomar decisiones arriesgadas, porque sus tierras y medios de vida han sido saqueados por empresas poderosas llegadas de lejos y de cerca.