Un tribunal de Rabat condenó a la periodista Hajar Raissouni a un año de prisión, acusada de «tener un aborto ilegal y relaciones sexuales fuera del matrimonio». Su prometido, el profesor Rifaat al-Amin, fue condenado a un año de prisión por presunta complicidad. El Dr. Mohammed Jamal Belkeziz, acusado de realizar el aborto, ha sido condenado a dos años de prisión.
Raissouni ha declarado en una carta desde la prisión que las acusaciones han sido «fabricadas». Los acusados sostienen que el aborto nunca tuvo lugar, y que Raissouni ha sido el blanco de las autoridades marroquíes por trabajar para el medio independiente marroquí Akhbar al Yaoum, donde obtuvo elogios por su cobertura de los disturbios en el norte del país.
Los abogados de Raissouni, habían pedido su absolución durante el juicio, negando que hubiera tenido un aborto. «Este juicio no tenía fundamento, las acusaciones eran infundadas», declaró el abogado defensor, Abdelmoula El Marouri, tras el veredicto.
Meriem Moulay Rachid, abogada del ginecólogo convicto, comunicó que «El sistema judicial ha tenido su palabra, (pero) apelaremos». Los familiares de Raissouni también han declarado a AFP que apelarán.
Sus partidarios y observadores dicen que su arresto, interrogatorio y juicio representan un esfuerzo orquestrado por el Estado para avergonzar públicamente a Raissouni y disuadir a otros de críticas similares. El abogado de Belkeziz proporcionó más tarde pruebas médicas al tribunal para demostrar que Raissouni nunca se sometió a un aborto.
Los observadores sostuvieron que los cargos contra Raissouni eran falsos. TrialWatch, un subconjunto de la Fundación Clooney para la Justicia que supervisó el juicio de Raissouni, señaló que tenía «las características de un proceso injusto y punitivo». «La evidencia no apoyó los cargos», informó. «La defensa afirmó que los análisis de sangre revelaron que los niveles de hormona del embarazo en la sangre de la acusada eran tan bajos que habría sido imposible para ella estar embarazada de ocho semanas, como el médico de la policía afirmó.
Activistas informan que hasta 800 abortos se realizan diariamente en el país del norte de África, donde el aborto es ilegal, excepto cuando la vida de la mujer se ve amenazada por el embarazo y con el permiso del marido. Los procesamientos son raros, pero las autoridades marroquíes utilizan a veces las acusaciones relativas a la vida personal de una persona para reprimir a aquellas consideradas demasiado críticas, incluidos periodistas y miembros de la oposición política.
Marruecos ocupa el puesto 135 de 180 países en el Índice Mundial de Libertad de Prensa de Reporteros sin Fronteras, que indica que las autoridades marroquíes utilizan con frecuencia los tribunales para acosar a los periodistas, incluidos los que cubrieron los disturbios en la región septentrional del Rif.
«Se trata de un golpe a los derechos de las mujeres en Marruecos», ha manifestado Raouia Briki, activista de Amnistía Internacional sobre Marruecos. «Es una señal de que las reformas a la ley de aborto regresivo y la ley que criminaliza el sexo fuera del matrimonio son urgentes.»
Ruth Michaelson
[Edición y Traducción, Claudia Durá]
[Fundación Sur]
Fuentes: The Guardian – The Sunday Times
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