En Gambela, a las afueras de Uagadugú, algunos comerciantes aún venden latas de refrescos de Fanta, Coca-Cola o Sprite, entre otros, del año 2011. Se ha denunciado que algunos borran la fecha de caducidad y graban una nueva para seguir vendiendo los productos en el mercado, sin importar los efectos que esto cause en la salud de los consumidores.
La empresa Ouedraogo Boureima y Hermanos (OBOUF) parece estar en el centro de esta falsificación. Se trata de productos cada vez más populares y que se han integrado en los patrones de consumo de Burkina Faso, y no se sabe cuánto tiempo se lleva repitiendo este proceso ilegal. Tras un estudio realizado por el Laboratorio Nacional de Salud Pública, trabajadores de la compañía comercial han prometido el reemplazo de los productos y han alegado que se debe a un fallo cometido por el vendedor tunecino encargado de distribuir esta mercancía.
Aunque se están emprendiendo medidas y se ha avisado de la situación, el negocio ilegal parece extenderse a muchos otros productos. Se ha denunciado al sistema de aduana de permitir el paso de mercancía ilegal a causa de la corrupción, aunque este sistema declara haberse alegado del comercio ilícito. Aunque se detengan a algunos culpables, la confianza en los procedimientos judiciales es nula, por la falta de eficacia que presenta, y la ilegalidad continúa presente en muchos comercios de Burkina Faso.
Beyon Romain Nebie
Sidwaya (Burkina Faso) – Fundación Sur