Patrocinio pragmático de Sudán sobre Sudán del Sur (Parte 3/3)

IV – Patrocinio pragmatico del presiidente al-Bashir

También al tomar el poder en Jartum, el presidente al-Bashir obtuvo el apoyo del Frente Islámico Nacional con Hassan al-Turabi como ideólogo del régimen para el » Civilizational Projet» (similar a la » Civilizing Misión » de las Cruzadas). El declarado Gobierno de Salvación Nacional libró una guerra jihadista (Santa) más agresiva contra el SPLM / A y todos los infieles en el sur de Sudán. Cuando colapsó el régimen Derg de Mengistu Haile Mariam en Etiopía, el SPLA / M se dividió también en las facciones de Nasir y de Torit. Pero como el presidente al-Bashir no pudo derrotar o aplastar militarmente al SPLM / A, decidió involucrar a sus facciones en rondas de conversaciones de paz -Frankfurt (1992) y declaración sobre autodeterminación, Abuja I y Entebbe (1992) y Abuja II (1993) sobre cuestiones pendientes de gobernanza secular participativa y desarrollo inclusivo (por ejemplo, llevar ciudades a la gente).

La Autoridad Intergubernamental Regional sobre Sequía y Desarrollo (IGADD), que más tarde fue rebautizada como Autoridad Intergubernamental (IGAD), asumió la mediación del conflicto de Sudán al declarar estos Principios en 1994: diálogo para alcanzar una solución política justa, derecho de autodeterminación del pueblo del Sur de Sudán unidad en la diversidad del Sudán, separación de religión y Estado a través de la democracia secular, garantízar libertades fundamentales y derechos humanos, reparto equitativo de la riqueza y el poder, alto el fuego permanente y medidas provisionales de seguridad y realización de paz sostenible en Sudán.

Sobre la base de algunas iniciativas internas de paz, la facción SPLM / A Nasir firmó el Acuerdo de Paz de Jartum en 1997 y el Acuerdo de Paz de Fashoda en 1998 con la autodeterminación para el pueblo del Sur de Sudán a realizar al final de un período interino de 4 años. Este acuerdo facilitó la seguridad de los pozos de petroleo en el sur de Sudán, donde compañías chinas, indias, malasias, canadienses, francesas y suecas invirtieron en negocios petroleros a pesar de las preocupaciones internacionales sobre violaciones de derechos humanos y política de tierra arrasada. Sionistas, iglesias, ONG humanitarias y activistas de derechos humanos persuadieron al Congreso de los Estados Unidos y al presidente Goerge Bush Junior a intervenir con la política «Zanahoria y Palo» basada en la Sudan Peace Act (2002), especialmente después de que los terroristas islamicos que estaban conectados con el régimen de al- Bashir atacaron el World Trade Center y el Pentágono (9/11/2001).

Con el IGAD y sus amigos y socios (Troika, Italia, China, Holanda, UE, UA y ONU) presionando por la reanudación de conversaciones de paz, las facciones SPLM / A de Riak Machar y de Lam Akol se fusionaron bajo el liderazgo de John Garang en 2001 y 2002 respectivamente. Como resultado de ello, se firmó el Protocolo de Machakos (julio de 2002) para marcar una salida. Más tarde y después de detalladas rigurosas negociaciones, se firmaron más acuerdos en Naivasha: Acuerdo sobre Agreement on Security Arrangements (septiembre de 2003), Wealth Sharing (enero de 2004), Power Sharinng (mayo de 2004), Resolución del conflicto en Kordofán del Sur y Nilo Azul (mayo de 2004) y Resolución del Conflicto de Abyei (mayo de 2004). El Acuerdo General de Paz firmado en Nairobi en 2005 estableció el National Congress Party denominado Government of National Unity en Jartum y 15 estados del Norte, y también el Gobierno del Sudán Meridional controlado por el SPLM / A en Juba (2005-2011) y 10 estados en el Sur. Se compartió equitativamente la riqueza petrolera entre el Sur y el Norte. El fondo fiduciario de donantes múltiples se estableció en Juba para coordinar la financiación de proyectos de consolidación de paz de la posguerra.

A pesar de contratiempos y desencuentros entre Juba y Jartum, el Censo de 2008 y las elecciones generales de 2010 se llevaron a cabo según lo acordado. Los líderes del SPLM / A y el PCN fueron reconfirmados en sus posiciones políticas dominantes en el Norte y el Sur. Se permitió que la gente del Sur de Sudán votara abrumadoramente por la separación en el referéndum de julio de 2011. La Unión Africana, la ONU y toda la comunidad internacional reconocieron la nueva República en julio de 2011 y mediaron entre los dos países para cooperar y ayudarse entre sí para resolver asuntos políticos y económicos pendientes, algunas de cuyas mitigaciones fueron diseñadas a expensas de ingresos petroleros de Sudán del Sur – Acuerdos financieros de transición de 3.028 millones de dólares pagados a Jartum y contratación de sus oleoductos y otras instalaciones por 24.5 dólares por cada barril de petróleo que pasa por ellos

Pero la guerra fronteriza sobre Panthou (conocida en el mapeo del petroleo como Heglig) estalló en 2012 con la decisión de Juba de cerrar la producción de petróleo, lo que en parte provocó el conflicto de 2013 con la destrucción y el desplazamiento de residentes de Malakal, Bentiu, Bor y otros. Defraudando las esperanzas del país y entreteniéndose en el tribalismo, los líderes de Sudán del Sur traicionaron el necesario cuidado para la unidad, la paz, la justicia, la libertad y la prosperidad para el pueblo de Sudán del Sur. También, el fracaso del Gobierno de Transición de Unidad Nacional y los grupos de oposición en su compromiso en la implementación del Acuerdo de 2015 sobre la Resolución del Conflicto en la República de Sudán del Sur (ARCSS) empujó a la región a mandatar al presidente Al Bashir a que tomase cargo del Foro de Revitalización de Alto Nivel, incluyendo la reactivación de los acuerdos paralizados de cooperación bilateral entre Juba y Jartum en el sector petrolero y otros (frontera, comercio, banca, deudas/activos, mano de obra, beneficios de correos, libertades para nacionales y seguridad conjunta). El slogan de «Un Puebo, dos Países» se convirtió en un adagio de gran avance para cerrar las brechas en posiciones de las partes sobre cuestiones pendientes de seguridad y gobernanza.

Con el nuevo enfoque adoptado por Jartum para negociaciones mediadas de la revitalización del ARCSS, se recuperó el optimismo para volver a poner a Sudán del Sur en la senda de la paz. El hostigamiento patrocinador pragmático del presidente Al Bashir y su influencia sobre los líderes del sur de Sudán, y su declarada responsabilidad moral de garantizar el bienestar de los sudaneses del sur como su familia extendida, ha funcionado bien para que las partes negociadoras lleguen a un acuerdo final de paz sin más retrasos El ‘petróleo por la paz y el desarrollo’ de Sudán del Sur se ha convertido en una política diplomática atractiva que induce a la IGAD y sus aliados a confiar a Jartum un mandato adicional para finalizar los detalles restantes del revitalizado ARCSS y sus matrices de implementación, así como los mecanismos de financiación para que la paz se restablezca por completo y para que las elecciones generales tengan lugar al final del período de transición reprogramado de 40 meses.

V – Frutos del patrocinio de Sudán sobre R-ARCSS

¿Aguantará más tiempo el patrocinio del Sudán sobre Sudán del Sur y continuará siendo el catalizador durante y después del período de transición acordado para la implementación del Acuerdo revitalizado sobre la resolución del conflicto en la República de Sudán del Sur (R-ARCSS), especialmente teniendo en cuenta las lecciones aprendidas de las experiencias históricas antes mencionadas?

Se espera que el éxito del patrocinio de Sudán sobre Sudán del Sur, cuando se utiliza para la paz, atraiga alguna cooperación táctica o estratégica de los grandes aliados geopolíticos internacionales (EE. UU., China, Reino Unido, Rusia, Francia, Alemania, Japón y Brasil), etc…) Ya ha creado algunos planes políticos conjuntos, aunque con tendencias de Guerra Fría, por los conocidos veteranos jefes de estado regionales (al-Bashir por el Norte y Museveni por el Sur de Sudán del Sur). Sin embargo, el hecho de que las principales partes acordasen rápidamente comprometerse por la paz mediada por Jartum y con los negocios petroleros como parte del acuerdo junto con seguridad fronteriza y gobernanza es una fuerte señal de que Jartum tiene una influencia real sobre Juba y los lideres de la oposición de Sudán del Sur. Juba no podrá sobrevivir más tiempo si Jartum decide bloquear el paso del petróleo a los mercados internacionales o dar a la oposición armada de Sudán del Sur en su frontera un apoyo directo para ir a luchar en los campos petrolíferos en el Alto Nilo o en las fronteras de Bahr el Ghazal. También el comercio de los países de África Oriental con Sudán del Sur, especialmente Uganda y Kenia, depende en gran medida de los ingresos generados por el petróleo que debe pasar primero a través de Sudán para que la moneda fuerte pueda fluir luego a los cofres de Juba.

Por lo tanto, el rol de patrocinio del presidente Omar al-Bashir continuará, probablemente, teniendo impacto en los necesarios controles y equilibrios de la posguerra en el revitalizado gobierno de transición de Sudán del Sur en los próximos cuatro años o incluso más. Se prevé que pasarán las elecciones en 2020, especialmente con la restauración de la paz en Sudán del Sur y los acuerdos de cooperación operacionalizados para los comerciantes sudaneses y la fuerza de trabajo comprometida en recuperar sus beneficios perdidos del histórico vecino considerado como uno de ellos aunque habitando un país disidente de un pasado unido en la geopolítica de Medio Oriente.

El éxito del proceso de paz en Sudán del Sur es considerado como una tarjeta de rescate para la tambaleante economía del Sudán, especialmente después de que ha perdido la asistencia que recibía de los países del Golfo y cuando ha adoptado una nueva tendencia de acercamiento diplomático con los Estados Unidos de América por consejo de China. Dado que el restablecimiento de la paz para el bien de ‘una nación en dos países’ se ha vuelto tan personal para el Presidente al-Bashir, se espera que el periodo pretransitorio (Pre-Tansitorial Period) de 8 meses sea tomado seriamente por las principales partes de la R-ARCSS a través de gestos de buena voluntad y preparación honesta de terreno nivelado para que un nuevo gobierno de paz sea inaugurado con la participación de políticos muy importantes de mayor peso. Seguirá siendo una prueba crítica de fuego y definiendo una coyuntura crítica para la viabilidad tanto de Sudán como de Sudán del Sur.

Aunque las dudas son reales, el optimismo es alto de que una seguridad sostenible, el humanitarismo, la economía, el estado de derecho, la justicia y la democratización electoral llegarán a ser las mejores posibles noticias para una paz duradera con buena gobernanza en Sudán del Sur, con Jartum a la cabeza y la región detrás como vigilada complementariamente por la presión sostenida y la asociación de la comunidad internacional.

James Okuk

Fuente: Sudan Tribune

[Fundación Sur]

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