Hemos publicado en esta Web, por respeto a las diferentes opiniones, el artículo del “Independent” de Uganda titulado Los distritos de Uganda con subvenciones para personas mayores ven los niveles de pobreza reducidos, que trata sobre el impacto de las subvenciones en reducir los niveles de la pobreza en algunos distritos del país.
Habiendo vivido durante 40 años en Uganda, y constatado como funcionan los presupuestos del gobierno y las subvenciones que llegan de algunos países extranjeros, me siento obligado a denunciar tanta injusticia, intereses creados camuflados y tanta hipocresía.
Semejantes ayudas puntuales son como: “parches a la pobreza” o “migajas de pan” que caen de las mesas de los ricos, del país y del extranjero, para intentar consolar a las sociedades marginadas en nuestros presupuestos y políticas internacionales de cooperación, y así proyectar una cara aceptable.
Las Subvenciones de Asistencia Social para Empoderamiento (SAGE) de ministerio de Genero, Trabajo y Desarrollo Social, son limosnas puntuales, que tienen un impacto mínimo en disminuir la pobreza de la gente que las recibe. (Una caída de la pobreza del 0,3%). Estas limosnas crean dependencia y no cambian las infraestructuras y oportunidades de los agricultores y pastores.
La realidad es que el número de personas empobrecidas en Uganda sigue aumentado, que el paro afecta al 82% de los jóvenes, que en algunos distritos como el de Mbarara el número de empobrecidos ha aumentado en 400.000 personas en los últimos años y que el 70% de los ugandeses productivos trabajan en una agricultura de subsistencia. (Informe de Ubos).
Más del 50% del presupuesto nacional en Uganda viene todavía del extranjero, con la mayor contribución procedente del Reino Unido y de Irlanda. Por algo será.
Recordemos que el presupuesto de la segunda residencia del presidente ugandés en Entebbe, era en 2011, el doble del presupuesto nacional de educación y sanidad.
En 2014, Inglaterra prometió a Uganda $135 millones de ayuda. Tanto la educación como la salud dependen sobre todo de la ayuda externa. Los gobiernos extranjeros son conscientes de que las donaciones a Uganda corren el grave riesgo de perderse por el camino. Expertos de la Embajada de USA en Kampala estiman que $ 112 millones se pierden en cuentas privadas. (M. Serumaga. Pambazuka News.2018)
También afirman que los oficiales corruptos del gobierno son bien conocidos por los medios de comunicación y por el público. Saben que el presidente nunca condenara a sus ministros y amigos fuertes del Partido, como Mbabazi, Sam Kutes, Otafiire, etc.
La ayuda extranjera también paga por las fuerzas de represión del ejecutivo. Los gobiernos de Irlanda e Inglaterra son los mayores apoyos de la fuerzas de la Policía en Uganda.
La inseguridad alimentaria es ya crónica en algunas regiones como Teso y Karamoja, y dependen de los programas de WFP. El gobierno apenas colabora en estas emergencias, aunque recibe ayudas para ello.
Hoy, una quinta parte de la población, que es agrícola en un 80%, vive por debajo de línea de pobreza. Las promesas del gobierno no las cree nadie. Los servicios para la agricultura perdieron $40 millones durante 2017 por corrupción. Este ministerio prometió irrigación en algunas zonas, pero no ejecuto ninguna.
Los $2.3 millones destinados a Karamoja nunca llegaron a término, en 2002-3. Las promesas de irrigación se quedaron en palabras.
Por tanto, las limosnas puntuales en algunos distritos de Teso y Karamoja (SAGE), son como “parches a la pobreza” o migajas que caen de las mesas de los ricos, tanto locales como extranjeros.
De nuevo, podemos repetir lo de:” Menos limosnas y más Justicia”.
No se puede engañar siempre a todo un pueblo.
Lázaro Bustince Sola
[Fundación Sur]
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