Octubre, el mes de la hipocresía en Burundi

8/11/2017 | Opinión


Como todos los años desde 1994, octubre es un mes de meditación. Conmemoramos el asesinato de nuestros héroes nacionales, el Príncipe Louis Rwagasore y el Presidente Melchior Ndadaye. Sin embargo, cuando octubre acaba, los grandes discursos se olvidan. El blogger Rivardo Niyonizigiye muestra una imagen pesimista de la relación hipócrita que los burundeses tienen con las grandes figuras de su historia.

rwagasore_burundi.png Todos los meses de octubre es lo mismo y el de 2017 no ha sido una excepción. Derramamos las mismas lágrimas, seguimos los mismos discursos y las mismas canciones tristes. Vemos a los mismos hombres, siempre repitiendo las mismas palabras. Las actividades se suspenden. Todos los días de conmemoración de estas grandes figuras las ceremonias son parecidas: misas en su memoria, entrega de coronas de flores, discurso del héroe, discurso de un administrativo… Siempre siguiendo el mismo orden inmutable.

Cada año, estos dos grandes hombres se dirigen a nosotros: en la radio, en la tele, en voz alta. Y parece que escuchamos con atención. Parece que capturamos todo, interiorizamos todo. Uno parece capturado por sus palabras y por su forma de pensar. El mes de octubre parece ser un mes de meditación para nosotros, los burundeses. Un mes de preguntas.

Palabras, palabras

A lo largo de este mes, los líderes políticos se inspiran en sus discursos para encontrar palabras ricas e inspiradoras. Palabras que contienen pistas excelentes para el desarrollo del país y que abogan por una política sin discriminación ni división. Mensajes que predican la unidad, la paz, la valentía, el desarrollo, la democracia, la justicia, el Estado de derecho…

Desafortunadamente, cuando octubre acaba, el idioma que escuchamos es completamente diferente. Después de las ceremonias, volvemos a hacer lo único que se nos da bien: difundir el odio, el nepotismo, la corrupción, el individualismo, etc. Nos desgarramos a nosotros mismos. Nos matamos el uno al otro.

No hay excusas

Seguramente estos dos grandes hombres nos han dejado. Pero sus cuerpos están en el suelo de Burundi, un país por el que dieron su vida. Esto debería inspirarnos. Sus mentes, trabajando por el desarrollo del país, su determinación y su deseo de superar el odio deberían servir como ejemplo. Es deshonroso que, desde entonces, solo hayamos podido dejar conflictos, desgracias y vicios a las generaciones futuras.

No tenemos excusa. En lugar de quejarnos o acusarnos los unos a los otros, debemos pensar en los objetivos de Rwagasore, que nunca pudieron conseguirse, y añadir los de Ndadaye para tratar de hacerlos realidad. Jóvenes y mayores, sin ninguna excepción.

Rivardo Niyonizigiye

Fuente: YAGA

[Traducción, Elvira Vara]

[Fundación Sur]


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