Occidente está tomando a la gente por imbécil

18/02/2013 | Opinión

Un miembro belga del parlamento se levanta contra la guerra de Mali y expone el complot neocolonial.

En este cándido y cargado discurso al parlamento, el MP belga condena la creciente intervención militar de Occidente y la desestabilización del régimen bajo el pretexto de prevenir la guerra del terrorismo. La verdadera agenda es el pillaje del capitalismo.

Bélgica es realmente la tierra del surrealismo. Esta mañana hemos conocido a través de los medios que el ejército belga es incapaz de luchar contra algunos soldados extremistas que tienen creencias radicales islamistas dentro de su propio ejército y que no pueden ser despedidos por falta de motivos legales. Y sin embargo, al mismo tiempo, hemos decidido ayudar a Francia en su guerra contra “el terror” apoyándolos con medios logísticos en sus operaciones en Malí. ¿Qué es lo que no haríamos para luchar contra el terrorismo fuera de nuestras fronteras?

¡Espero que no hayamos enviado para esta operación anti-terrorista en Malí a estos soldados belgas islamistas de los que tanto se habla!

Parece que estoy bromeando, pero lo que está sucediendo hoy en el mundo no me hace reír para nada. Y no me hace reír porque sin ninguna duda los líderes de los países occidentales están tomando a la gente por imbécil con la ayuda y apoyo de los Medios de Comunicación que no son hoy en día más que un órgano de propaganda de los poderes que mandan.

Alrededor del mundo, las acciones militares y la desestabilización de los regímenes son más y más frecuentes. La guerra preventiva se ha convertido en la regla. Y hoy en nombre de la democracia y la lucha contra el terrorismo, nuestros estados se dan así mismos el derecho a violar la soberanía de países independientes y de derrocar lideres legítimos.

Ha habido las guerras de Irak y Afganistán, las guerras mentirosas americanas. Después ha venido Túnez, Egipto, Libia, en donde gracias a sus decisiones, nuestro país ha estado “en primera línea” participando en crímenes contra la humanidad, en cada caso derrocando regímenes progresivos y moderados para remplazarlos por regímenes islamistas, ¿no es esto raro? puesto que su primer deseo fue imponer la ley Sharia.

Esto es lo que está sucediendo exactamente en Siria, donde Bélgica vergonzosamente está financiando a la armada de los rebeldes Islamistas que están tratando de derrocar a Bashar Al Assad.
Esto en medio de una crisis económica, en donde más y más belgas no pueden tener una vivienda, comer, calentarse y ser atendidos en sus problemas de salud. Si, -ya puedo escuchar los rumores de que soy un sucio populista- pues bien, el Ministerio de Asuntos Exteriores decidió ofrecer a los rebeldes sirios ¡nueve millones de euros!

Naturalmente, van a intentar que creamos que este dinero se utilizara con fines humanitarios… ¡una mentira más! Y como ustedes pueden ver, nuestro país durante meses solo está participando en instaurar regímenes islamistas en África del Norte y el Medio Oriente. Por lo que, cuando pretenden ir a la guerra para luchar contra el terrorismo en Malí, bien… me dan ganas de reírme.

Eso es falso. Bajo apariencias de buenas acciones, nosotros solo intervenimos para defender intereses financieros con una completa mentalidad neo- colonialista. No tiene sentido ir a apoyar a Francia en Malí en nombre de la lucha contra el terrorismo islámico cuando al mismo tiempo ayudamos en Siria a derrocar Assad por rebeldes islamistas que van a imponer la ley Sharia, como han hecho en Túnez y Libia. Ya es tiempo de que paremos de mentirnos y de tratar a la gente como imbécil.

El tiempo ha llegado de decir la verdad. Armando a los Rebeldes Islamistas, como en el pasado los occidentales hicieron con Bin Laden, ese amigo de los americanos antes de que se volvieran contra él, bien, los países Occidentales están tomando la oportunidad de situar bases militares en los países nuevos conquistados a la vez que favorecen a compañías de sus países. Todo es estratégico. En Irak, nuestros aliados americanos han puesto sus manos en la riqueza del petroleo. En Afganistán, fue sobre el opio y las drogas, siempre muy útil cuando se trata de hacer dinero de una manera rápida.

En Libia, Túnez y Egipto, y también en Siria, el objetivo fue y es derrocar regímenes moderados, para remplazarlos por poderes islamistas que muy pronto se transforman en problemas y que a su vez pronto y de una manera vergonzante volverán a atacar pretendiendo luchar contra el terrorismo, o proteger a Israel.

Y los nuevos objetivos ya se conocen. Dentro de unos meses, me apuesto a que nuestros ojos se van a volver hacia Argelia y eventualmente a Irán. ¡Ir a la guerra, liberar a su gente de sus enemigos de dentro y fuera , ¡es algo noble! Pero ir a la guerra, para defender los intereses de los Estados Unidos, ir a la guerra para defender los intereses de grandes compañías como AREVA, ir a la guerra para poner las manos sobre las minas de oro, no tiene nada de noble y ¡muestra a nuestros países como atracadores y ladrones!

Nadie se atreve a hablar, pero ¡yo no me callaré! ¡Y si mi guerra hace que se me vea como un enemigo de este sistema que alardea de los derechos humanos en el nombre de finanzas, intereses geo-estratégicos y neo-colonialistas, pues que así sea! Incitar y exponer este régimen es una obligación para mí y me hace sentirme orgulloso. Y honestamente, me disculpo por mi discurso de tono de baja clase pero ¡que os jodan a todos!, los llamados “hacedores de bien”, tanto de izquierdas como de derechas o de centro, que están hoy lamiendo las botas de nuestros corruptos poderes y que se regocijaran en ridiculizarme.

¡Que os jodan a todos, líderes que estáis jugando con vuestras bombas como niños lo hacen en el jardín!

Que os jodan a todos, vosotros que pretendéis ser demócratas, cuando no sois más que bajos criminales. No tengo mucho respeto tampoco por los periodistas que tienen la audacia de etiquetar a los oponentes como retardados mentales cuando básicamente, ellos saben que estos oponentes tienen razón.

Finalmente, desprecio, hasta el extremo, aquellos que creen que son los reyes del mundo y que están dictando sus leyes, porque estoy al lado de la verdad, de la justicia, al lado de las víctimas inocentes del saqueo a todo coste. Y es por esta razón por lo que he decidido oponerme claramente a esta resolución que está enviando nuestro país a apoyar a Francia en su operación neo-colonialista.

Desde el principio de la operación francesa, la mentira estaba organizada. Se nos dijo que Francia está solo respondiendo a la llamada del presidente del Malí. Casi hemos olvidado que este presidente no tiene legitimidad y que fue puesto para asegurar el paso de la transición que ha seguido al golpe de estado en marzo de 2012.

¿Quién apoyó este golpe de estado? ¿Quién lo empezó? ¿Para quién está trabajando este Presidente de transición? ¡Esta es la primera mentira! El Presidente francés, François Hollande, se atreve a pretender hacer creer que esta guerra es para luchar contra los yijadistas que amenazan (oh, ya lo sabéis) ¡al territorio francés y europeo! ¡Que mentira tan fea!

Utilizando este argumento oficial, al mismo tiempo que amedrantando a la población por el incremento de alerta del nivel de terror, implementando el plan Vigipirate, ¡nuestros líderes y los medios están demostrando una inimaginable crueldad! ¿Cómo se atreven a llegar a tal punto cuando Francia y Bélgica no han dudado en armar y apoyar Yihadistas en Libia y que estos mismos países continúen a ayudando a los yihadistas en Siria?

Este pretexto oculta objetivos estratégicos y económicos. Nuestros países ya no temen la inconsistencia porque todo se hace para ocultarlo. Pero la inconsistencia está presente. No es mañana cuando veremos a un ciudadano maliense cometer un acto de terrorismo en Europa. ¡No! Al menos que nosotros creemos uno para así poder justificar esta operación militar.

¿No hemos tomado, después de todo, el 11 de septiembre, para justificar la invasión, al arresto arbitrario, la tortura y la masacre de poblaciones inocentes? Entonces, ¡crear un terrorista maliense no es un problema grande! No debe ser muy complicado para nuestros líderes sedientos de sangre. Otro pretexto utilizado en estos meses recientes para justificar las operaciones militares es, y ha sido, los derechos humanos.

¡Ah! Este pretexto aún se utiliza para justificar la guerra en Malí. Y sí, nosotros tenemos que actuar, porque si no, los diablos islamistas impondrán la ley Sharia en Malí, apedrearan a las mujeres y cortaran las manos de los ladrones. ¡Oh! La intención es ciertamente noble. ¡Noble y beneficiosa, seguro!

¿Pero entonces, por qué es, Buen Dios, por qué nuestros países han contribuido en Túnez y Libia a la ascensión al poder de los Islamistas que han decido aplicar la ley Sharia en estos países, que eran no hace mucho tiempo, modernos y progresistas? Yo os invito a preguntar a los jóvenes tunecinos que han lanzado la revolución en Túnez si ellos están contentos con la situación de hoy. Todo esto es hipocresía. El objetivo de la guerra en Malí es muy claro.

Y ya que nadie habla, YO LO HARE. El objetivo de luchar en contra de China y dejar que nuestros aliados americanos mantengan su presencia en África y el Medio Este. Esto es lo que motiva a las operaciones neo-colonialistas. Y ya veréis, como cuando la guerra esa termine, Francia, dejara allí, desde luego sus bases militares en Malí.

Estas bases beneficiaran también a los americanos. Y al mismo tiempo, y como siempre ha sido el caso, las Corporaciones Occidentales pondrán sus manos en los jugosos contratos que una vez más privaran a los re-colonizados países de su riqueza y sus recursos naturales. Por tanto seamos claros, los primeros beneficiados de esta operación militar serán los dueños y los accionistas de la gigante compañía AREVA que ha estado durante años tratando de obtener el uranio de la mina en Falea, una ciudad de 17.000 habitantes situada a 350 kilómetros de Bamako.

Y no sé por qué, ¡pero mi dedo meñique me dice que no tardará mucho en que AREVA comience a explotar la mina! No lo sé. Es una impresión que tengo. Por lo que está fuera de cuestión que yo tome parte en este colonialismo minero, este moderno colonialismo de hoy. Y a aquellos que están dudando de mis argumentos, les invito sinceramente a que se informen sobre la riqueza de Malí.

Malí es el mayor productor de oro, pero recientemente ha sido designado -¡recientemente eh!… como un país que ofrece al mundo el necesario ambiente para la explotación de uranio. ¡Qué extraño! Un paso más cerca a la guerra con Irán, es algo obvio. Por todas estas razones y para no caer en la trampa de las mentiras que nos están diciendo, he decidido no dar mi apoyo a la intervención en Malí.

Por tanto, votare en contra.

Y haciendo esto, estoy siendo consistente puesto que nunca he apoyado en el pasado nuestras criminales intervenciones en Libia y Siria y soy el único parlamentario en este país que defiende la no-interferencia y la lucha contra los oscuros intereses. Verdaderamente pienso que ha llegado el momento de poner fin a nuestra participación en la ONU y la OTAN y salir de la UE si Europa, en lugar de facilitar la Paz, se convierte en un arma de ataque y desestabilización para países soberanos para que se someten a intereses financieros en lugar de intereses humanos.

Finalmente, lo único que pido es que nuestro gobierno recuerde al Presidente Hollande las obligaciones de la Convención de Ginebra respecto a los prisioneros de guerra. Ciertamente, me llevé un shock al escuchar en la televisión de la boca del presidente francés que su intención era “destruir”. Y digo “destruir”, a los terroristas Islamistas.

Por tanto, no quiero que estas calificaciones se usen en contra de la oposición al régimen del Malí -es siempre conveniente hoy día el hablar de terroristas islamistas- para así poder saltarse las obligaciones democráticas que se especifican sobre el respeto a los prisioneros de guerra. Nosotros esperamos este respeto de la Madre Patria de los Derechos Humanos.

Y para concluir, déjenme resaltar, que ligeramente decidimos ir a la guerra. Primero, el gobierno actúa sin ningún consentimiento del Parlamento. Parece ser que tiene el derecho a hacerlo. Y envía equipo y hombres al Malí.

El Parlamento seguidamente reacciona y cuando contesta, como hoy, pues bien, las instituciones parecen estar formadas solo por la tercera parte de sus miembros. Y mucho más si hablamos de los parlamentarios francoparlantes. Es por tanto una culpa clara, que no me sorprende, viniendo de un parlamento de cachorros, sometidos a los dictados de los partidos políticos. Gracias.

Laurent Louis

Publicado en Pambazuka, el 2 de febrero de 2013.

Transcrito y traducido al inglés por Feuillien Gerladine.

Traducido al español para Fundación Sur por Amparo Cuesta.

Autor

Más artículos de Administrador-Webmaster