Con la asunción del nuevo gobierno en Bamako, desde el día 13 de diciembre, Diango Cissoko es el nuevo primer ministro de Malí en sustitución del destituído Cheik Modibo Diarra. Este último se había visto forzado a renunciar el día 11 de diciembre después de ser puesto bajo arresto domiciliario por un grupo de militares de la ciudad-guarnición de Kati, desde donde se dirigió en marzo pasado el golpe de estado contra el entonces presidente Amadou Toumani Touré.
Los últimos acontecimientos políticos malienses ensombrecieron el proceso de transición que vive el país y sobre todo respecto de la posibilidad de enviar una fuerza militar internacional africana al norte el país, que desde abril pasado se encuentra bajo control de grupos rebeldes.
El presidente de Burkina Faso, Blaise Compaoré, mediador en la crisis maliense por cuenta de la Comunidad Económica de Estados del África Occidental (CEDEAO), ofreció su propia visión de la renuncia forzada de Diarra. En declaraciones reproducidas por la prensa maliense, Compaoré dijo haber sido “tomado inicialmente por sorpresa, al igual que la comunidad internacional” porque “el proceso que llevó a la renuncia del primer ministro no siguió las reglas del derecho”. El mandatario del país vecino agregó que varias veces se había sido visto obligado “a llamar la atención sobre las faltas de coherencia y compatibilidad de las decisiones políticas tomadas en Mali… pero afortunadamente lo peor se evitó”. Compaoré dijo haber hablado con el jefe de estado maliense, Dioncounda Traoré, quien “todavía está presto a colaborar con nosotros en el proceso de paz”. El jefe de estado de Burkina Faso –que se encuentra en el poder en Uagadugú desde 1987 luego de un golpe de estado– se refirió al nuevo primer ministro maliense diciendo esperar “que Cissoko sea ahora el hombre apropiado… para dialogar con los movimientos rebeldes del norte”.
(MISNA – Missionary International Service News Agency, 14-12-12)