Trabajadores sanitarios han establecido centros de tratamiento de emergencia en el norte de Nigeria para las decenas de niños que sufren envenenamiento por plomo y trabajan contra reloj para detener la contaminación que ya ha matado a más de 160 personas.
Altos niveles de plomo han contaminado las fuentes de agua en al menos seis pueblos, en el estado de Zamfara, cerca de donde los residentes estaban escavando en minas para extraer oro ilegalmente. Se han registrado más de 350 casos en los últimos meses, y 111 de los muertos eran niños, muchos de ellos menores de cinco años.
Nigeria ha pedido ayuda a las agencias internacionales como la Organización Mundial de la Salud, los Centros Estadounidenses para la Prevención y Control de enfermedades, CDC, y al Instituto Blacksmith, una consultora anti polución, con sede en Nueva York.
La rama alemana de Médicos Sin Fronteras, que trabaja en el norte de Nigeria, ha llevado a la zona medicamentos especiales para tratar a los residentes en los que se hayan encontrado altos niveles de plomo en la sangre.
El doctor Nasir Sani Gwarzo, uno de los funcionarios que coordina la respuesta de emergencia, dice que los residentes afectados han sido sometidos a pruebas y los pacientes han sido trasladados a los centros de tratamiento, lejos de la zona de exposición, donde permanecerán durante 28 días.
“Se ha podido caracterizar la epidemia en términos de quién se ha visto afectado, dónde hay mayor concentración de afectados y cuál es el origen del problema”, señaló Sani Gwarzo.
Las agencias de ayuda, el gobierno local de Zamfara y el ministerio federal de Sanidad están colaborando en un esfuerzo de varios frentes para tratar a los pacientes, aislar la contaminación, limpiar las casas y educar a la población local antes de la temporada de lluvias que llegará el próximo mes, que supone un riesgo de dispersión mayor de la contaminación.
Sin nuevos casos
El gobierno del estado de Zamfara ha declarado que ha destinado más de 240 millones de nairas (1,6 millones de dólares) para ayudar con las operaciones. “Durante las últimas dos semanas o así, no hemos registrado nuevos casos. El reto ahora es tratar a la gente”, declaró el doctor Henry Akpan, el jefe de epidemiología del ministerio de Sanidad.
Los pueblos afectados, como Dareta y Giadanbuzu, están construidos básicamente con adobes de barro y se sitúan en la árida y pobre zona del Sahel, en la frontera sur del Sáhara, donde mucha gente trabaja en la minería y agricultura de subsistencia.
Muchas de las víctimas murieron después de haber tenido contacto con las herramientas, el suelo y el agua contaminados con grandes concentraciones de plomo.
Demasiado plomo puede dañar partes de cuerpo como los nervios y el sistema reproductivo o los riñones. El plomo es especialmente perjudicial para los niños pequeños y mujeres embarazadas.
Los lugareños en un principio pensaron que los altos niveles de mortalidad infantil eran debidos a la malaria.
Sani Gwarzo dice que los trabajadores sanitarios estaban enseñando a los residentes a limpiarse y están traduciendo los materiales de educación sanitaria al hausa, lengua local, para intentar informar a todo el mundo y evitar que esto vuelva a ocurrir. “Esto me preocupa un poco, el hecho de que esto esté relacionado con el comportamiento humano. Debemos educar a la población para que modifiquen su comportamiento”.
(News 24, 07-06-10)