Nestlé, Unilever, Danone y Mondelēz: los maestros de la industria agroalimentaria también dan la espalda en África, por Lázaro Bustince

6/03/2024 | Bitácora africana, Crónicas y reportajes

Las multinacionales del agronegocio, cuyos productos se consumen ampliamente en el continente, señalan que enfrentan vientos en contra debido ante todo a la inflación. Según Mark Schneider, director general del grupo Nestlé: “La inflación ha aumentado la presión sobre muchos consumidores y ha afectado la demanda de alimentos y bebidas».

Puede que sean gigantes, pero también corren tiempos difíciles para ellos. Incluso en el continente africano. Durante este período de publicación de resultados anuales, Nestlé informó el pasado 22 de febrero sobre sus resultados de 2023. Aunque la multinacional agroalimentaria con sede en Suiza muestra “un fuerte crecimiento orgánico y una sólida mejora de los márgenes”, sufrió una ligera caída del 1,5 % en África, aunque los márgenes de beneficios siguen siendo muy altos.

En 1927, Nestlé construyó su primera fábrica en Sudáfrica y ahora cuenta con 27 plantas de producción en todo el continente africano, además de numerosos centros de distribución y gestión. En África, la compañía proporciona empleo directo a más de 11.500 personas y genera otras decenas de miles de puestos de trabajos indirectos, tales como proveedores y distribuidores.

Con marcas sólidas en el continente, especialmente en Marruecos, el gigante agroalimentario francés Danone, lucha sin embargo por convertir sus esfuerzos en resultados financieros. El aumento de los costes de producción, las dificultades logísticas y la creciente competencia de las marcas locales reducen el margen de beneficios.

El gigante del consumo Unilever opera en un entorno hostil en el continente. Su responsable del norte de África apuesta por la calidad de sus productos para triunfar.

El futuro éxito de esta y otras Compañías depende en gran medida del acceso que logren los agricultores africanos a los mercados de los países desarrollados, así como del progreso económico y social de los consumidores africanos en su conjunto. Estos esfuerzos contribuyen a los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU (MDO) un programa de 17 puntos que pretende reducir la pobreza y mejorar la salud, la educación y el desarrollo sostenible en todo el mundo.

Existen cinco productos básicos estratégicos para la seguridad alimentaria de África, como son: el sorgo, el arroz, el mijo, el trigo y el maíz. Si África Occidental pone énfasis en la producción de arroz, otros productos parecen esenciales para garantizar la nutrición equilibrada de la población y el crecimiento de la agroindustria.

Estas multinacionales del agronegocio, ciertamente aportan algunos beneficios para la población local. Al mismo tiempo es necesario aclarar que los mayores beneficiarios económicos son las multinacionales, y que consiguen sus logros financieros, como hemos observado y denunciado en numerosas ocasiones en Uganda y en otros países de África subsahariana, con continuos trabajos forzosos, tanto en la industria textil, minera y agrícola, con horas extraordinarias y con salarios mínimos e injustos.

Existe con frecuencia una auténtica explotación laboral causada por las empresas, tanto nacionales como internacionales, como lo hemos visto durante muchos años, en el saqueo de tierras fértiles en Mubende, en la explotación minera de Hoima y Karamoja, en el oeste y norte de Uganda. Para colmo del abuso y explotación, algunas empresas pagan los ínfimos salarios con bebidas alcohólicas fuertes que debilitan a la población. Sin la complicidad de los gobiernos locales, tal explotación sería imposible.

Lázaro Bustince

CIDAF-UCM

Autor

  • Bustince Sola, Lázaro

    Nacido en Izco (Navarra), en 1942, estudió filosofía en Pamplona (1961-1964). Hizo el noviciado en Gap – Grenoble (1964-1965), con los Misioneros de África (Padres Blancos). Estudió Teología en el instituto M.I.L. de Londres, (1965-1969), siendo ordenado sacerdote en Logroño, en los Padres Blancos en 1969.

    Comenzó su actividad misionera en África en 1969, siendo enviado a la diócesis de Hoima en Uganda, donde estuvo trabajando en la educación, desarrollo y formación de líderes durante nueve años. Luego vivió un periodo de trece años en diversas ciudades europeas, trabajando en la educación y capacitación de los jóvenes (Barcelona 1979-1983)) , en Irlanda como responsable de la formación de los candidatos polacos (1983-1985), y en Polonia donde fue Rector del Primer Ciclo de Filosofía Polaco (1985-1991), y se doctoró en Teología espiritual en Lublin, donde fue nombrado profesor de la misma Universidad Católica de Lublin (KUL), de dicha ciudad, en 1991.

    Regresó a Uganda en 1992, y fue elegido Provincial de los padres Blancos de Uganda hasta 1999. Durante este periodo, fue también presidente de la Asociación de Religiosas-os en Uganda (ARU), y pionero en la construcción del Centro Nacional de Formación Continua (USFC). Además inició la Comisión de Justicia, Paz e Integridad de la Creación (JPIC) en 1994, trabajando en la formación de líderes en JPIC.

    En 2000 y 2004 cursó estudios sobre educación en Justicia, Paz, y Transformación de Conflictos, en Dublín. Desde su regreso a Uganda, fue pionero en la capacitación de agentes sociales en JPIC, y en el establecimiento del primer Consorcio de Educación Ética (JPIIJPC), lanzado por seis Congregaciones Misioneras, en 2006. Desde el inicio, y hasta junio 2011, ostentó el cargo de primer Director del Instituto. Al mismo tiempo fue profesor invitado de Ética en la Universidad de los Mártires de Uganda (UMU).

    En septiembre de 2011 fue nombrado director general de África Fundación Sur (AFS), organismo que dejó de existir en 2021. En la actualidad sigue trabajando por África al 100 % siendo, entre otras ocupaciones, editorialista en el CIDAF-UCM.

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