Nelson Mandela: discursos, cartas y otros escritores, Pearson Modern Classics, 2002, 167 páginas.
En 1964, pocos meses después de que Nelson Mandela (1918-2013) fuera encarcelado por el régimen del apartheid, un pequeño compendio de sus escritos más notables y discursos se publicó bajo el título No hay camino fácil a la libertad. En el prefacio de la edición el Dr. Oliver Tambo, el gran héroe anti- apartheid que durante tres décadas dirigió el ANC de Mandela mientras estaba en la cárcel, explicó los largos años que él y Mandela compartieron como colegas profesionales que comparten la misma práctica jurídica y también de trabajo juntos en el ANC como líderes de la lucha.
Ahora, casi cincuenta años después, los editores de Pearson han reeditado esta famosa colección de discursos y cartas de Mandela desde 1949 a 1964, editada y comentada por el profesor Ato Quayson, de la Universidad de Cambridge.
Este libro es de hecho un gran documento histórico. Contiene lo mejor del estilo de Mandela en discurso y literatura: su formación jurídica hizo de él un gran escritor y polemista, que fue capaz de ganar las mentes e influir en las personas a través de las palabras, habladas o escritas. Vale la pena leer todos los discursos de esta colección porque dan al lector perspicaz una penetración en la mente del héroe anti apartheid e ícono de la liberación, quien fue enterrado hace unos días.
El último discurso, el excepcional que pronunció en Rivonia unas pocas horas antes de ser sentenciado a cadena perpetua en 1964, es particularmente digno de leerse más de una vez. Ese discurso que terminó con la frase que hoy es icónica “ Pero si es necesario, es una idea para la que estoy preparado para morir» resume toda la historia de la lucha del ANC contra la minoría blanca desde 1912 hasta 1964.
En este discurso, Mandela demostró a sus acusadores que, de hecho, ellos deberían haber estado en el banquillo y no él y sus colegas acusados de sabotaje y traición. Mostró la hipocresía del régimen del apartheid: la predicación contra los sentimientos negros a la población blanca de Sudáfrica, que forman un mísero 10 por ciento de la población, mientras piden o esperan de la mayoría Negra obedecer y morir en la subyugación. Les dijo a sus acusadores que todo lo que el ANC representaba para la liberación total de todos los sudafricanos e instalar un régimen que no discrimina.
Leyendo los discursos de este libro, no podemos perder de vista el hecho de que Mandela nunca fue implacable hacia sus opresores. Esto todavía sorprende al mundo, ya que se pensaba que seguramente buscaría venganza. Es por ello que en todos los elogios realizados a su persona la semana pasada, una elogio era común: que era un hombre que perdona, que perdonó a sus opresores y carceleros y forjó una nueva Sudáfrica después de que fue liberado y elegido presidente en 1994.
Recomiendo este libro como lectura de fin de semana en la memoria de nuestro gran Nelson Mandela, alias MADIBA.
The Point (Banjul)