Entre las diez personas que resultaron muertas por las bombas de las fuerzas del gobierno de Somalia, había siete niños, cuando las tropas, respaldadas por la fuerza de paz de la Unión Africana, AMISOM, dispararon bombas mortero contra un distrito tomado por los insurgentes islamistas.
Los siete niños fueron abatidos por las bombas mientras jugaban al fútbol en el barrio del sur de la capital, Wardhigley, según testigos y personal médico.
“Vi los cuerpos de siete niños muertos, después de que una bomba mortero explotase cerca del campo de juego de una escuela de primaria”, declaraba un testigo.
Otros dos civiles murieron de las heridas causadas por los ataques de las tropas del gobierno, en el hospital de Medina, de la ciudad, donde ingresaron 13 personas para ser atendidas, según declaró el director del hospital, Mohamed Yusuf Hasan, mientras que otro civil había muerto de un disparo directo.
El bombardeo fue en represalia por un ataque que los islamistas radicales que habían bombardeado a las bases de las fuerzas del gobierno y de la Unión Africana, según un oficial del gobierno somalí.
Las milicias de Al Shabaab, inspiradas en Al Qaeda, y sus aliados de Hezb al Islam, prometieron derrocar al gobierno respaldado internacionalmente, del presidente Sharif Sheikh Ahmed, cuando lanzaron una serie de ataques mortales el mes de mayo del año pasado.
Desde entonces han perpetrado ataques regulares contra el gobierno, reduciendo su control de Mogadiscio, la capital, a unas cuantas calles, donde está protegido por las fuerzas de la Unión Africana.
Pero en los últimos días, Al shabaab se ha enfrentado a una dura ofensiva de los grupos aliados al gobierno, que se oponen al estricto islam que ellos quieren imponer en toda Somalia, y que ya han implantado en el centro y sur del país, que está bajo su control.
(News24, 13-01-10)
