Morsi, de prisionero a presidente de Egipto

25/06/2012 | Crónicas y reportajes

Después de dos vueltas de elecciones, apelaciones presentadas por ambas partes y retraso en el anuncio final de los resultados, la Comisión Presidencial Electoral se dirigió a la nación desde el salón estatal del Servicio de información a la prensa.

La Comisión declaró que después de casi una semana de revisión de los resultados electorales, ha concluido que Mohamed Morsi, candidato del partido de los Hermanos Musulmanes, el Partido Libertad y Justicia, ha vencido inequívocamente a Ahmed Shafiq, ex primer ministro de la era Mubarak, convirtiéndolo en presidente de Egipto, con el 51 % de los votos.

Su equipo de campaña comenzó la celebración de la victoria con un momento de silencio por los muertos en la revolución de 2011, antes de romper a cantar el himno nacional “Belady” (mi país).

Multitudes se concentraron por todo Egipto, a la espera de los resultados finales de una intensa semana de ansiosas predicciones, prematuras reclamaciones de victoria y acusaciones de fraude electoral. En la plaza de Tahrir, decenas de miles de seguidores de Morsi, se han estado concentrando desde el pasado jueves, día 21 de junio, celebrando la victoria que reclamaban casi desde que cerró el primer colegio electoral. A pesar de haberse asegurado la victoria, Morsi y su partido deberán contentarse con la pérdida de control sobre el gobierno de Egipto, que ha sufrido la oficina presidencial en los últimos tres meses.

También, una sentencia del Tribunal Supremo disolvió el parlamento que ellos dominaban y otro tribunal todavía amenaza con disolver su partido basándose en una ley de la era Nasser. Mientras todavía tiraban cohetes artidiciales en la plaza de Tahrir, los seguidores de Morsi declaran que su trabajo no ha terminado, que planean quedarse hasta que el Consejo militar, SCAF – por sus siglas en inglés, se haya ido”.

En la ciudad de Nasr, los seguidores de Shafiq, que se habían concentrado desde la noche anterior en el memorial al soldado desconocido, recibieron la noticia con decepción, expresada con ira y lágrimas, pidiendo un recuento de los votos. Sus temores de un Egipto liderado por los Hermanos Musulmanes se hicieron realidad con el anuncio de la Comisión.

El presidente Morsi hereda una nación dividida. Aproximadamente el 48 % de los que votaron a Ahmed Shafiq lo hicieron por miedo a en el mejor de los casos un matrimonio entre la religión y el estado, en el peor de los casos, una islamización de la identidad de la nación. Ahmed Shafiq, cuyos seguidores confiaban en la presunción de un regreso a la estabilidad, se enfrentan al nuevo gobierno con fuertes demandas de una rápida estabilización de la seguridad y la economía de la nación.

(Daily News Egypt, 24-06-12)

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