Moa de Katendê maestro de la cultura afro-brasileña asesinado a cuchilladas por un elector de Bolsonaro, en Bahía

9/10/2018 | Crónicas y reportajes

moa_de_katande.jpg El entierro de Moa del Katendê el 8 de octubre. En Salvador de Bahía, causó gran conmoción popular contra la cultura del odio diseminada por el candidato fascista

El orden del exterminio ya está en las calles. Para morir, basta no votar por el candidato nazi. El gran maestro bahiano de capoeira y compositor Romualdo Rosário da Costa, de 63 años, conocido como Moa del Katendê, fue asesinado brutalmente a cuchilladas en la madrugada de este lunes, tras ser abordado por un elector de Bolsonaro (PSL) y haber negado el voto a su candidato. El crimen ocurrió en el Bar de Joao, en la comunidad de Dique Pequeno, en el Dique del Tororó, en Salvador, en el Día del Pueblo Nordestino. Bajo fuerte conmoción, una multitud de amigos y admiradores acompañó el entierro de ese importante diseminador de manifestaciones culturales afrobrasileñas.

El hecho de no concordar con la posición política de Moa, que se dijo favorable al PT, la candidatura de Haddad, fue suficiente para el autor del crimen, que propinó 12 cuchilladas a la víctima. Según la información de la Secretaría de Seguridad Pública de Bahía (SSP-BA), el sospechoso Paulo Sérgio Ferreira de Santana, de 36 años, fue arrestado y confesó el crimen a la policía. Según la SSP-BA, se habría acercado al grupo en que Moa estaba y afirmó que era elector de Bolsonaro. Pablo Sérgio, cuyo nombre no fue inicialmente revelado, se mostró muy arrepentido de lo que hizo y víctima del propio odio que la política nazi le inculcó. Dijo que estaba borracho y reaccionó con furia incontrolable después de que el maestro de capoeira afirmó que el grupo votaba al Partido de los trabajadores.

Reginaldo Rosario, de 68 años, hermano del maestro de capoeira detalló, durante el velorio de la víctima, que estaba presente en el momento del crimen y que la confusión se inició después de que el agresor se hubiera irritado al percibir que Romualdo criticaba al candidato a la presidencia Jair Bolsonaro. Después de la discusión, el sospechoso llegó a salir del lugar, pero regresó unos 10 minutos después con un cuchillo y mató a su hermano.

«En una conferencia celebrada en la tarde del lunes 8 de octubre, el gobernador reelegido de Bahía, Rui Costa, dijo que pidió un informe riguroso a la policía sobre el caso. «Yo pedí prioridad absoluta para elucidar ese crimen, y espero que la segunda vuelta sea de paz y de respeto de opiniones». Otro hombre que estaba en el lugar de la confusión, identificado como Germínio del Amor Divino Pereira, de 51 años, que es primo de Moa, fue alcanzado en el brazo y llevado al Hospital General del Estado . «Todavía está internado, pero su estado de salud no ha sido divulgado».

El asesinato de ese importante líder cultural es una advertencia para la locura del odio que Bolsonaro despertó, haciéndose él mismo, víctima de la propia violencia que instiga para aumentar la criminalidad y justificar el permiso de portar armas.

¿Quién se beneficia con eso? La industria armamentista, que sólo está esperando su elección para hacer del Estado brasileño el mayor consumidor de armas de fuego del mundo. Taurus, por ejemplo, que es una empresa nacional multinacionalizada, fue la que más crecimiento obtuvo en sus acciones en la Bolsa de Valores durante la campaña. Este proyecto de muerte orientado a intereses económicos ultra perversos, hace a todos los brasileños víctimas del odio que el candidato nazi ha sembrado a lo largo de los últimos años, con métodos de milicias de Israel e iglesias de Estados Unidos especialistas en lavado de cerebro y enajenación masiva.

La cultura del odio es inculcada en la mentalidad de las personas de todas las clases, a través de procesos de alienamiento robótico y viral en las redes sociales y grandes medios, donde aparece siempre haciendo el repetido gesto de la ametralladora. Atención: este gesto no puede ser visto como algo bizarro o inocente: es allí donde Bolsonaro denuncia su carácter más perverso como chico-propaganda de la industria de armas. Esta filosofía del ojo por ojo, diente por diente, que reducirá el país a polvo, sólo sirve a la industria armamentista que patrocina su campaña.

Fuente: Jornalistas Livres

[Fundación Sur]


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