Según el UNFPA, la agencia de las Naciones Unidas centrada en la salud sexual y reproductiva, las catastróficas inundaciones en Chad han causado, desde julio de 2024, estragos a casi dos millones de personas, lo que las convierte en uno de los desastres más graves de los últimos tiempos.
Muchas vidas humanas han quedado destrozadas y casas arrasadas cuando las aguas crecieron. Innumerables familias buscaron refugio en los terrenos más altos, cargándose sobre sus espaldas las pocas pertenencias que pudieron llevar. Ninguna región ha quedado libre de este desastre. Numerosas personas lo han perdido todo, y más de 13.000 personas han sido desplazadas, y se han visto obligadas a buscar refugio en campamentos temporales.
La crisis climática mundial está aumentando la frecuencia y la gravedad de los desastres naturales, como inundaciones, sequías y ciclones, socavando los sistemas de salud, educación y agricultura, y devastando las vidas y los medios de subsistencia de innumerables personas.
Países como Chad, que se encuentran entre los más afectados y peor equipados para asumir los efectos del cambio climático, enfrentan actualmente graves desafíos humanitarios.
En Yamena, la capital de Chad, los residentes se encontraron en una situación desesperada cuando el río Chari y su afluente, el Logone, crecieron hasta niveles sin precedentes debido a las fuertes lluvias de octubre, inundando barrios enteros.
Con la subida de los caudales y las inundaciones también han aumentado los peligros para las mujeres y las niñas, especialmente las que se encuentran en el campamento de desplazados de Chari-Baguirmi.
Privadas repentinamente de servicios esenciales como atención médica, alimentos, refugio y agua potable, el parto se convierte en una experiencia que pone en peligro la vida de las futuras madres. Además, las madres que se enfrentaban a la desnutrición se han vuelto incapaces de proporcionar leche suficiente a sus bebés.
Alrededor de 4.000 personas buscaron refugio en el campamento de desplazados de Chari-Baguirmi, en la zona de Toukra de la capital de Chad, Yamena.
Los riesgos de violencia y explotación han aumentado, en particular para las adolescentes, ya que las escuelas han cerrado sus puertas.
En respuesta a la presente crisis, el UNFPA está interviniendo para abordar las necesidades más urgentes. En total, se han enviado 248 parteras humanitarias a todo el Chad, incluso a campamentos de desplazados como el de Chari-Baguirmi.
Estas parteras están especialmente capacitadas para manejar emergencias obstétricas y brindar apoyo a sobrevivientes de violencia. El UNFPA también les ha proporcionado recursos esenciales para partos seguros y el manejo clínico de violaciones.
Fuente: Africanews
[Edición y traducción, Jesús Zubiría]
[CIDAF-UCM]