Miles de familias de etnia murle abandonaron el estado de Jonglei por temor a represalias relacionadas con un conflicto entre el ejército y un grupo rebelde al que apoya parte de su comunidad. Lo dicen a la MISNA responsables de proyectos de asistencia humanitaria en Sudán del Sur, un país independiente desde julio del 2011.
Según las fuentes, los civiles que buscaron refugio en la capital Juba son por lo menos 11.000. “Prefirieron viajar más de 300 kilómetros –señala Mauro Modena, coordinador de la organización no gubernamental italiana Intersos– y no detenerse en Bor, la capital de Jonglei en la que la mayoría de la población es de etnia dinka”.
La posibilidad de abusos y represalias que existe en todo conflicto, fue confirmada algunos días atrás por la prohibición impuesta por el ejército a Intersos y a otras organizaciones humanitarias que querían visitar el distrito de Pibor para avaluar las necesidades de decenas de miles de personas que se vieron obligadas a abandonar sus casas y aldeas a causa de la violencia.
Yau Yau es un ex-general que ha explotado el resentimiento de los ganaderos murles por los abusos cometidos por los militares durante una campaña de desarme lanzada en el 2012. El conflicto con el ejército tomó rápidamente una connotación étnica, y acabó por enfrentar a murles y dinkas. Esta última es la principal comunidad de Sudán del Sur que lidera tanto en lo político como en las fuerzas armadas.
La emergencia humanitaria seguramente se agravará en Jonglei con el inicio de la estación lluviosa. “Muchos desplazados se han ocultado en pantanos infestados de malaria –dicen a la MISNA– con imposibilidades de acceso a agua potable, comida o atención médica”
MISNA 17 junio 2013