Al menos 35 migrantes murieron de sed en el desierto de Níger, en la región de Agadez, en un intento desesperado por llegar a Tamanrasset, en el país vecino Argelia. La noticia fue bautizada por los medios internacionales como “el nuevo drama de la inmigración”. Según los relatos de los sobrevivientes, en total, 19 personas que habían sido repatriadas a Arlit (norte) por las autoridades nigerinas y 60 migrantes viajaban en dos vehículos todo-terreno Luego de que ocurriera un fallo mecánico, los pasajeros salieron en busca de agua y se perdieron en el desierto, donde murieron deshidratados. Hasta ahora, los rastrillajes del ejército han permitido encontrar a cinco cadáveres, pero aún hay 35 personas desaparecidas (mujeres, niños y adolescentes), oriundas la mayoría de las localidades de Matamey y Kantié (sur de Níger), en las proximidades de Zinder.
“De hecho, este es el más reciente drama humano de un fenómeno silencioso que ya se ha cobrado demasiadas vidas”, dijo a la MISNA una fuente humanitaria local que se encuentra en Niamey, y señaló que “esta ruta migratoria en norte de Níger es recorrida desde hace al menos 20 años”. La fuente de la MISNA explicó que “de los migrantes muertos a menudo no hay noticias porque ocurren lejos de los reflectores de los medios y de las autoridades. A menudo no hay sobrevivientes, todos son devorados por el desierto. Desde hace tiempo, los activistas de derechos humanos en Níger denuncian las actividades ilegales de traficantes, que “tratan a los migrantes como ganado… los abandonan en el medio del desierto, incluso de noche, con temperaturas superiores a 45 grados y a decenas de kilómetros del pueblo más cercano”. En Agadez, la ciudad más importante del norte, “se reúne toda África”, porque conviven aspirantes a migrantes que llegan desde Mali, Eritrea, Liberia, Nigeria, Congo y Camerún, y que sueñan con llegar a Europa
MISNA 29 Octubre 2013