Mauritania: rumbo a Walata, en la IV Festival de las Ciudades Antiguas.

27/01/2014 | Crónicas y reportajes

No menos de doscientas personas entre turistas, periodistas y profesionales del turismo asistieron del 13 al 16 de enero a la IV Edición del Festival de las Ciudades Antiguas, en Walata, al sudeste de Mauritania. Una sensacional iniciativa tomada por “Point-Afrique”, a pesar del color que el Quai d´Orsay ha asignado a este lugar: el rojo, “zona peligrosa”.

Desde la llegada de los viajeros franceses a Mauritania, con ocasión del IV Festival de las Ciudades Antiguas en Walata, el ministro de Turismo, Bama Ould Daramane, dio ejemplo, al decir que “No hay ninguna razón para que el país sea clasificado por Francia como peligroso. Se han tomado todo tipo de medidas de seguridad para acoger a los turistas franceses”. Organizado por la agencia de viajes “Point-Afrique”, este viaje a Walata, ciudad situada al sudeste de Mauritania, fundada en el siglo VII d.C, antes de ser destruida en 1076 y sucesivamente reconstruida en 1224, fue una magnífica oportunidad para descubrir las riquezas que alberga esta ciudad ocre, apodada por los caravaneros del siglo XV d.C como “la orilla de la eternidad”.

El ambiente estaba en su apogeo en esta localidad rodeada por un impresionante desierto y declarada ciudad patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1996. Los visitantes extranjeros y mauritanos recibieron un caluroso recibimiento de los habitantes de Walata y además asistieron a increíbles espectáculos de canto y baile, así como también de carreras de camellos…

Evidentemente, la poesía ocupaba el lugar más destacado del evento. ¿Qué sería de un festival mauritano sin poesía, teniendo un millón de poetas? Y aunque muchos turistas no comprendían las palabras, las reacciones de la multitud mauritana entre cada verso les bastaba para quedar sumergidos en la rima.

Del rojo al naranja.

El fundador de la cooperativa francesa de viajes “Point-Afrique”, Maurice Freund, dijo no lamentar ni un segundo el viaje a Walata, a pesar de las restricciones del Quai d´Orsay. “Este es un viaje excepcional que no hubiera tenido lugar sin la asistencia del presidente Mohamed Ould Abdel Aziz”. La ciudad estaba, en efecto, bajo la estrecha vigilancia del ejército durante la celebración del festival, no sólo para proteger a los visitantes extranjeros sino también al presidente. “La opinión del ministro de Asuntos Exteriores francés no me interesa”, aseguró Maurice Freund, que es consciente, no obstante, de que el riesgo cero no existe. Incluso fue más allá, precisando que el país es “estable” y que la vigilancia de la frontera con Mali ha sido reforzada desde el asesinato de cuatro turistas franceses en diciembre de 2007 y muy particularmente, desde el conflicto en aquél país.

A pesar de la presión del Quai d´Orsay, “Point-Afrique” tiene la intención de retomar los vuelos a Mauritania, a la región de Adrar y hacia Chad. De aquí en adelante, se ha previsto un vuelo hacia Atar, en concreto para el mes de febrero, a condición de que 50 personas como mínimo participen en esta excursión.

Pero entonces ¿por qué Francia sigue asignando a Mauritania el color rojo propio de las zonas peligrosas, soslayando las numerosas medidas puestas en marcha para fortalecer la seguridad interior?

El ejército y Total S.A, expedientes secreto de Estado.

Según el fundador de «Point-Afrique», Francia está interesada en preservar la exploración del desierto de Mauritania para que sea realizada por Total S.A, a 800 kilómetros al este de Nuakchot, la capital, libre de miradas indiscretas. Un agente de “Mauritania de viajes” reclamó nuestra atención: “El rojo en la zona de Adrar (desierto), a día de hoy, ya no está justificado en absoluto”.

El director adjunto de la agencia de excursiones y senderismo “La Balaguère”, Rémy Fourasté, que también estuvo presente en el festival, dijo estar dispuesto a “relanzar el destino de Mauritania si se levanta la restricción que el color rojo supone en la zona”. “Por el momento, al margen de este viaje en particular, ello no resulta posible puesto que en las zonas en rojo, consideradas peligrosas, no existe una adecuada cobertura de seguridad”. También, explicó que no comprendía que se mantuviera esta la clasificación de seguridad y por ello, añadió que había que hacer una labor de “lobbying”, en cooperación con «Point-Afrique» para forzar al Quai d´Orsay a retirar el rojo en favor del naranja, e incluso al verde. Según él, el cónsul de Francia no ve ningún inconveniente al respecto, pero nos contó, que una petición en tal sentido fue rechazada de inmediato por el gobierno francés. Se murmura que además del ejército, agentes de la DGSE, que rechazan categóricamente la presencia de turistas, podrían hallarse en Atar. Ésta es una información confirmada por un responsable militar que actualmente ocupa un puesto de vigilancia en la frontera malí.

Fuimos a su encuentro: “Hace mucho tiempo que los miembros de Al-Qaeda no cruzan la frontera mauritana. La zona (de Walata) está muy tranquila. Así que no existe ningún riesgo en el norte del país donde el color rojo se mantiene, debido únicamente a la presencia de militares franceses. Ya es hora de que Francia cambie el color”, nos confió bajo cobertura de anonimato.

Cuando los turistas desafían al Quai d’Orsay.

Sin embargo, hay turistas franceses que no tienen en cuenta las recomendaciones del Quai d´Orsay. “Los turistas vuelven en pequeños grupos todas las semanas, pero el flujo aún escaso” nos revela el agente de “Mauritania de viajes”.

Domique, una parisina apasionada por el Sáhara, forma parte de esos aventureros que desafían la prohibición. Nos la hemos encontrado en Walata. Afirma que ya no hay que preocuparse, en absoluto, por las informaciones emitidas por el Ministerio de Asuntos Exteriores, muchas de las cuales, son “inexplicables” para algunos. “Yo viajo por el Sáhara desde 1980. Comencé por Marruecos, después Argelia en los años 90. En 2013, pude ir a Chad gracias a «Point-Afrique». Mi último viaje fue a Libia, poco antes de la revolución”. Y cuando se le pregunta si ella se siente segura en una zona calificada como peligrosa, a unos 200 kilómetros de la frontera del norte de Mali, Dominique contesta de forma categórica. “¡No tengo la sensación de haber corrido riesgo alguno viniendo a Mauritania!”, nos espeta.

El tropiezo de Abdel Aziz.

Los riesgos sanitarios sin embargo, no son nada despreciables. En caso de accidente grave, ninguna compañía aseguradora dará cobertura a los heridos en un lugar declarado como zona roja. Ésta es una de las razones por las que pocos turistas se aventuran a viajar a Mauritania. Además la información institucional es escasa. Aunque «Point-Afrique» haga lo necesario para informar a sus visitantes, no se hace lo mismo del lado del presidente mauritano. Cuando el dirigente Abdel Aziz contaba con la oportunidad de dirigirse a la prensa extranjera, presente en el festival para de tranquilizar a los potenciales turistas, éste, en cambio, se quedó callado como una tumba.

Varios periodistas se quejaron del comportamiento del presidente mauritano, hasta el momento en que Abdel Aziz se decidió, por fin, a conceder una rueda de prensa a los corresponsales que se habían desplazado allí para cubrir el festival. Pero he aquí, que para entrevistar al presidente Abdel Aziz, sólo fueron elegidos tres periodistas occidentales. Aquéllos que pertenecían a medios de comunicación panafricanos o que tratan de la actualidad africana, entre los que se encuentra Afrik.com, fueron relegados. ¿Por qué motivo? Es la pregunta que planteamos al presidente mauritano, que finalmente no concedió ninguna entrevista, llevando al paroxismo su falta de decencia. Él, que estaba en condiciones de explicar las medidas de seguridad adoptadas por el gobierno para asegurar la vida de los mauritanos y de los turistas, prefirió volver la espalda a los periodistas invitados al festival.

Así pues, aquéllos se dirigieron a Khadijetou Mint Doua, directora general de la Oficina de Turismo mauritano, para plantearle sus preguntas… Sin embargo, el hecho de dar informaciones precisas relativas a las medidas de seguridad, escapaba a su competencia. Eso sí, afirmó que Mauritania es “tan verde como su bandera” (en relación al rojo impuesto por Francia*). Reconoció, no obstante, que el país “no tenía por costumbre emitir comunicados”, por lo que, cuando se presentó la ocasión, el presidente Abdel Aziz la dejó pasar.

Guías, camelleros o artesanos: oficios en peligro.

En cambio, durante el festival, tuvimos la oportunidad de debatir con camelleros, artesanos y guías, que se mostraban impacientes por ver cómo se recupera el turismo. Los oficios de guía y camellero sólo existen gracias a la presencia de turistas. Dada la escasa actividad que les ocupa, están obligados a reciclarse en otros oficios alternativos, tales como la pesca o la industria minera.

En Walata, el campamento de los artesanos está de fiesta. Han vuelto los turistas, pero sólo por el tiempo que dure el festival. Las mujeres cantan y bailan por todos los rincones del vivac.

Los artesanos están ansiosos por vender el máximo de productos manufacturados a los asistentes al festival, puesto que después de su marcha habrá que esperar mucho tiempo, antes de ver aparecer por allí a una multitud tan importante. No menos de 200 personas se habían desplazado desde París para asistir a este evento. Después de su partida, los artesanos, en su mayoría mujeres, seguirán perdiendo dinero, puesto que fabrican más de lo que venden, y los camelleros y los guías se recolocarán en otros oficios. Una vida “insólita”, que sigue su curso…

Vuelta a París. Uno de los guías con los que simpatizamos nos escribió: “Por favor, hablad del desierto mauritano a los vuestros. Queda tanto por ver (…)”.

Fouâd Harit

Afrik.com

* Nota de la redacción.

(Traducción, Antonio Vázquez)

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