Dos ciudadanos del poblado de Guzang, en la provincia Noroeste de Camerún, fueron ejecutados el pasado viernes por miembros de las milicias secesionistas anglófonas que operan en esta región.
Las dos víctimas, el jefe del pueblo y un comerciante, fueron ejecutadas sumariamente tras ser acusadas de colaboracionistas con el gobierno central de Paul Biya. Se enmarcan pues en el cruento conflicto armado en el que se encuentra sumido Camerún desde que en 2016 el presidente Biya reprimiera duramente las manifestaciones de las minorías angloparlantes, las cuales se sentían discriminadas y excluidas por las autoridades francófonas que rigen el país.
La respuesta de las minorías anglófonas ante las medidas represivas de Biya radicó en la conformación de milicias insurgentes para la independencia de la Ambazonia, región de mayoría angloparlante que incluye a las provincias del Suroeste y Noroeste. Benoît Nicaise Fouda Etaba, prefecto de la región ha denunciado las «atrocidades de las que son víctimas regularmente los civiles” de estos territorios, que incluyen «ejecuciones extrajudiciales«, «homicidios» , «torturas» y «violaciones tanto de mujeres como de niños«.
El gobierno de Yaundé se ha mostrado desde que comenzó el conflicto armado, movilizando enormes remesas de tropas gubernamentales en la lucha contra las milicias terroristas. Según estiman diversas organizaciones internacionales, el conflicto se habría cobrado la vida de más de 6000 personas, provocando más de 1 millón de refugiados.
Fuentes: Voice of Nigeria – Africa News
[Traducción y edición, Gabriel Castro]
[CIDAF-UCM]
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