Donald Trump es la manifestación de la crisis del capitalismo, que ha entrado en una fase de profundo desequilibrio económico, de inestabilidad social, riesgo ecológico, desplazamientos masivos y de gran sufrimiento a nivel global.
Según Kali Akuno y Doung Norberg, la salvación de la familia humana, dependerá de los movimientos populares comprometidos. Estos deben encontrar la forma de organizarse y cooperar para aislar y superar este sistema capitalista, con alternativas más humanas y colaborativas .
Desde el día de su inauguración como presidente, la oposición contra Trump y su sistema capitalista e inhumano, está integrando a mujeres, hombres y jóvenes de toda raza y cultura, que buscan construir un mundo más humano y globalizado.
Millones de personas, no solo en EEUU, sino en todo el mundo, están buscando el modo de sobrevivir y contrarrestar el emergente sistema de Trump y el aumento de los grupos extremistas y nacionalismos radicales o exclusivos.
La crisis actual es una crisis del sistema capitalista global que desde las guerras de los imperialistas (1936-1945) está esclavizando a la mayor parte de la humanidad, y sirviéndose de ella para el súper lujo de una minoría, con sus islas privadas, lagos vallados y montañas a su disposición. “El sueño americano”.
Los 20 años de la dominación global de EEUU ha sido el periodo de mayor crecimiento del sistema capitalista e inhumano. Así nacieron los instrumentos del imperialismo capitalista: Bretton Woods Institutions”, Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la Organización del Comercio Mundial, el Plan Marshall para Europa, la ONU y NATO.
Desde 1970, para lograr un mayor beneficio económico, el capital comenzó a abandonar la política de acumulación de capital adoptada en los 1930, y gradualmente paso a adoptar una estrategia más canibalística centrada en privatizar los fondos públicos, destruyendo las organizaciones de trabajadores y solidaridad social.
La nueva estrategia de acumulación de capital se llama “neo-liberalismo”. El primero en adoptar este sistema cruel, fue Pinochet, presidente Chile, en 1970. El sistema fue impuesto internacionalmente con la ayuda del régimen de Reagan en 1980. Llegó a imponerse a nivel mundial con las instituciones neoliberales de FMI, Banco Mundial y los Programas de Ajustes Estructurales, en los 80s.
Pero los sistemas no son estáticos. Esta estrategia neoliberal de acumulación capital y desigualdad social comenzó a perder peso político y económico en los 90s. La fragmentación comenzó con la crisis financiera de Asia y con la explosión de la burbuja financiera en los 90s.
Las clases trabajadoras fueron cada vez más empobrecidas y por tanto indignadas. Esta indignación de manifestó en varios movimientos de oposición y reformas estatales en algunos países, como Venezuela, Brasil, Ecuador y Nicaragua.
El gran imperio de EEUU, se estiró excesivamente. Las invasiones de Afganistán (2001), de Irak (2003) llevó hasta el extremo la capacidad y la credibilidad de EEUU.
La burbuja de la construcción (ladrillo) explotó en todos los países capitalistas, y provocó la gran recesión y crisis que todavía dura hoy día.
El sistema político y financiero global va por el camino de otra calamidad, más grave todavía, que conlleva la crisis ecológica y medio ambiental, que está provocando este sistema neoliberal, por la explotación depredadora de recursos para aumentar el mayor lucro posible. Todo se vuelve negocio, hasta los alimentos, las medicinas y los servicios básicos.
Este es la camino de la locura y de la ruina total para la sociedad global. Pero: ¿no hay otras opciones o alternativas?
Lo primero es tomar conciencia de que este sistema capitalista neoliberal está agotado, fallido y no se sostiene. La resistencia está creciendo y se van organizando movimientos sociales y grupos populares de sociedades indignadas. Es imperativo unir todos estos movimientos fragmentados para conseguir un impacto considerable.
Se trata de construir un nuevo orden social, un nuevo sistema político-económico centrado en la dignidad humana, el bien común, democracia real, comercio justo, integración social y desarrollo sostenible.
Nos cuesta unirnos y trabajar juntos por un objetivo común, poniendo en común todos los recursos humanos y materiales disponibles. Un gran trabajo de sensibilización y educación social debe ser desarrollado para tomar conciencia de la oportunidad actual y de la urgencia de construir un nuevo orden social y político-económico, que sea justo y humano.
El capitalismo lleva a la humanidad hacia la extinción. Trump es el síntoma y punta del iceberg capitalista, que sigue animando a la sociedad americana, a vivir la quimera cruel e imposible del “sueño americano”.
La situación pide movimientos sociales y grupos populares dispuestos a construir juntos un mundo nuevo, según las referencias de los valores humanos universales.
La historia dice que “Podemos, Debemos y lo Haremos”.
Artículo de Pambazuka News. 2.2.2017
Traducido, resumido y editado por AFS.
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