Los soldados franceses y chadianos se enfrentan a partir de ahora en el noreste de Malí a los yihadistas decididos que se niegan a ceder el terreno en esta zona montañosa, donde se refugian los elementos más radicales, según el gobierno francés y el estado mayor del ejército francés.
El primer ministro Jean-Marc Ayrault advirtió el día 27 de febrero ante la cámara, que las operaciones “continuarán durante varias semanas más, el tiempo necesario para poner a estos grupos fuera del estado de peligro”.
Las operaciones tienen lugar principalmente “en la Timétrine y la zona montañosa del Adrar de los Ifoghas, donde se han replegado los combatientes de AQMI y de Ansar Dine, y en la región de Gao”, en el norte, donde todavía quedan importante elementos de MUJAO, según ha indicado el primer ministro francés, durante el debate sobre el futuro y la evolución de la situación de Malí.
Sobre el terreno hay 1.200 soldados franceses apoyados por 800 chadianos, persiguiendo la pista a los yihadistas y a sus jefes en la región de Tessalit, la última localidad retomada a los islamistas el pasado 8 de febrero, en el extremo noreste de Malí. Los soldados malienses por su parte sirven esencialmente de guías.
La principal zona de operaciones se sitúa, según el estado mayor francés, al sureste de Tessalit, en las inmensas montañas de los Ifoghas, una zona bastante vasta, de 25 por 25 kilómetros cuadrados, que los combatientes islamistas intentan conservar a toda costa, porque es una zona llena de gargantas y valles encajonados, en los que el enemigo puede ocultarse.
“Nos enfrentamos a terroristas extremadamente decididos, que se apoyan en que están en una zona que conocen muy bien, donde han establecido sus posiciones defensivas”, como puestos de combate o posiciones bajo tierra, según indicó el día 1 de marzo en portavoz de estado Mayor, Thierry Burkhard, en una rueda de prensa del ministerio de Defensa francés.
“Combates extremos consumen vidas humanas”
Los islamistas llevan a cabo “acciones de línea dura”, señaló el portavoz militar francés, son “acciones que no están pensadas para una posible retirada. Manifiestamente, no está en sus planes la voluntad de intentar escapar”. “Un combate de defensa, sin espíritu de echarse atrás, es también extremadamente consumidor de vidas humanas”, analizó el militar francés.
En cuanto a los resultados, las pérdidas del bando de los islamistas, las cifras ofrecidas son muy confusas.
(Mali Actualités, 01-03-13)
